Infartante, cambiante, atrapante, caótico, importante, vibrante… y podríamos agregarle muchas más palabras terminadas en «ante» para tratar de explicar lo que se vivió en el Ángel Sandrín. Las finales de la Liga Nacional no están dejando ni al más tranquilo de los hinchas sentado en su silla. Ya sea en la cancha, o desde el sillón, podemos asegurar que no hay un fanático que no esté vibrando a la par de esta definición. Y a una serie que viene siendo pareja desde el arranque, no podía faltarle otro juego que termina con menos de cinco puntos de diferencia. Fueron tres puntos, en el 80 a 77, que puso a Boca a un paso del título.
Pero hubo 40 minutos antes que el reloj llegue a cero. En esos mismos, el resultado fue cambiante, con rachas positivas para ambos equipos. Pero, como viene sucediendo, el que se equivocaba menos iba a ser el que termine festejando; y en este caso le tocó a los visitantes. El arranque del partido tuvo mejor a Instituto, que dominó la zona pintada con un par de protagonistas claves. Acuña, Saiz y Lugarini fueron lo más regular para La Gloria, que golpeó primero en un duelo cambiante.
La respuesta de Boca vino desde la línea de los 6,75m. Lo que sufría con el rebote ofensivo (18) y los puntos de segunda chance lo compensaba con la efectividad desde el perímetro. Los dirigidos por Gonzalo Pérez terminaron con un fenomenal 15/30 en el rubro, manteniendo la estadísitica de no haber perdido ningún partido en donde sumaron 11 lanzamientos desde la tercera dimensión.
Otro cierre para el infarto:
Pero una ráfaga anotadora de Instituto, sumada a la presión sobre Vildoza, complicó la historia para los visitantes, que volvieron a despedir una diferencia de doble dígito en el último cuarto. Con muchísimo tiempo en el reloj, las distancias eran de una posesión, y todo podía pasar. Leo Schattmann lo definió desde la línea de libres tras una tapa impresionante de Marcos Mata. En el cierre, Copello esquivó la marca pegajosa y logró tirar con cierta comodidad, pero la pelota mimoseó con el aro para salir y determinar que Boca era el ganador de la noche.
Las figuras:
Cinco jugadores terminaron anotando en doble dígito en la visita. José Vildoza fue el máximo goleador con 23 puntos, y 7/10 en triples. El cordobés quedó a uno de entrar en la historia, como uno de los máximos tripleros de partidos en las finales. Lo escoltó Leo Schattmann con 14 unidades, mientras que Wayne Langston termminó con 13 tantos. Marcos Mata volvió a ser doble doble figura, con 12 puntos y 13 rebotes. En Instituto lo mejor vino de la mano de Bautista Lugarini, que completó su planilla con 16 tantos y 11 tableros.
Foto: Javier Centeno