La semana en 3×3 Radio arrancó con una interesante charla de partidos históricos y clásicos que han acompañado la historia de la Liga Nacional a lo largo de los años. En ese entorno, y dentro de una nueva Nota Converse, uno de los máximos autorizados para hablar fue Sergio Hernández, que recordó los Peñarol – Quilmes, los juegos picantes en San Nicolás, Olavarría, los duelos entre Olimpo y Estudiantes y muchísimas anécdotas más a lo largo de su trayectoria en el básquet argentino: «Soy recontra pro clásico, porque creo que estimula a unos y a otros, obligan a crecer, generan algo en las ciudades que es distinto, siempre que lo podamos entender, cuando arranca la estupidez, estamos complicados. Hay partidos que llegan a ser muy especiales, pero no son clásicos, aunque entiendo que se los quiera vender como tal. Es muy diferente cómo se vive todo en una ciudad pequeña a lo que pasa en Buenos Aires.»
Además, el bahiense se alejó un rato del básquet para contarnos su experiencia escalando el Volcán Lanín: «Había algo adentro mío que buscaba un nuevo desafío, las personas nos empezamos a sentir viejos, donde la edad no te permite hacer ciertas cosas, y buscamos alguna excusa que creemos verdaderas. Yo sabía que no estaba preparado físicamente para esta aventura. Acepté, me encantó, agradezco haber estado. De las mejores experiencias que haya vivido incluso sin hacer cumbre. Reconozco que no tengo habilidad para la larga duración, ahí es normal que el que no puede afrontar la subida, para. Tengo cuatro juegos Olímpicos, mundiales, pero pocas veces viví algo tan movilizante, el grupo de empuja. Lo recomiendo, con el entrenamiento correspondiente, pero es una de las cosas que me hizo enojarme conmigo mismo y empiece a entrenar de verdad, porque la próxima vez que tenga la oportunidad lo voy a volver a hacer.«
Obviamente hubo tiempo para hablar de la Selección Argentina y Sergio analizó lo vivido en el Templo del Rock el último fin de semana: «Me gustó lo que vi, me parece que Paraguay no es un rival para hacer mucho análisis, más allá que me saco el sombrero porque compitieron hasta el último momento, Feliú le buscó la vuelta, y eso hizo que Argentina se esfuerce bastante. El equipo tuvo la impronta de Néstor, confundiendo al rival, Él logra que nunca puedas jugar tu partido, porque te quita de tu naturaleza, a veces le sale bien o mal, como a cualquier entrenador, pero me gusta que mantenga la idea. Me gustó la propuesta, vimos a Carlos Delfino defendiendo arriba, me gustó verlo a Lancha en ese nivel, lamentablemente no pude saludarlo.»