En un nuevo programa de Básquet Analógico, Alejandro Perez y Marcelo Nogueira hablaron sobre el Panamericano Sub-22 que se jugó en Rosario en junio del 93. Para recordar este torneo hablaron con Gabriel Díaz, uno de los integrantes del plantel argentino. 

Reviví la nota y lee las declaraciones más importantes a continuación:

«La verdad no teníamos tanta expectativa de pudiera ser así. Sabiamos que bueno nos preparábamos bastante porque jugábamos de local, pero nunca imaginamos que podría ser así. Yo a la cancha la conocía, la cancha de Newell´s ya la conocía por el mundial del ’90, fui a ver la zona que se jugo en Rosario y me pareció increíble; sigue siendo increíble al día de hoy. 8..) Poder jugar unas finales en esa chancha como estaba es de los mejores recuerdos que tengo




«La verdad que explotaba, sobre todo la final, pero ya se venía viendo un buen ambiente en la instancia final. Nosotros ya veníamos de vivir una linda experiencia como fue el mundial de Edmonton, donde salimos terceros, pero haber vivido eso fue de lo mejor que nos ha pasado.»

«Ya desde la preparación, muy larga, en el CENARD que en esa época tampoco estaba tan preparado como esta hoy quizás, pero bien, siempre exigente como fue con Vecchio entrenamientos de triple turno desde la mañana. Bien dura y exigente, bastante atípico también porque vamos a decirlo para la época. Y después algunas giras, algunos partidos amistosos por el interior preparándonos y después bueno llegar al torneo, con mucha expectativa, sin conocer mucho a los rivales, creo que el primer partido si no me equivoco fue con México, que no conocíamos tanto.»

«Cuando entramos a la cancha y vimos como estaba es como que tenias el triple de energía, después me puse a ver el partido otras veces e íbamos por todas, era increíble como estaba. La gente festejaba cada gol, cada doble, cada tanto, como si fuera un gol en la final del mundial de fútbol, era increíble. Después cuando veo la transmisión se escucha en todo momento el grito de la gente, pero te quedabas sordo ahí adentro.»

«Me acuerdo que después fuimos al mundial de España, el sub-22 y no había nadie en la cancha, encima a España no le fue bien.»

«Sabíamos que estábamos jugando de local y era lo primordial, poder clasificar«, haciendo referencia al Mundial que tenía la categoría al tiempo y que este torneo cumplía como clasificatorio.

«Hubo problemas por eso en algún momento (…) el tema de que bueno nos ponía en otra posición de la que no íbamos a jugar mucho tiempo, y bueno a ese nivel era muy importante que nosotros pudiéramos desarrollarnos en otros puestos, en el puesto que tendríamos que haber jugado.»

«Lo que más reconozco de todo esto es el haber sido más sacrificado para entrenar, para la forma en la que lo viví. El tratar de hacer el esfuerzo siempre, el querer mejorar son las cosas que siempre busque, después lo que se haya dado o no bien. (..) De que se reconozca eso es muy importante.»

Sobre el tiempo que compartió en Andino con Manu Ginobili «Me toco bautizarlo, en ese momento era el capitán y la verdad que lo veíamos como un juvenil más (…), era el hermano de ‘Sepo’ y de Leandro, nada más. Sin embargo ya empezó a mostrar lo que iba a ser toda su carrera.» Además agrega «eramos los dos que íbamos a entrenar solos a la mañana al Polideportivo Menem, cuando no había entrenamiento del equipo íbamos con Manu y el asistente del equipo ‘Toti’ Ruiz»