En la mañana de lunes en 3×3 Radio, seguimos recorriendo la historia grande de nuestro básquet, hablando con los mejores jugadores que pasaron por la Liga Nacional y la Selección Argentina. En esta oportunidad pudimos hablar con Alejandro Montecchia, campeón olímpico en Atenas 2004.
Actualmente el Puma se encuentra alejado del deporte, tiene un emprendimiento privado y disfruta mucho de la pesca, pero nunca le cierra las puertas al básquet. En esta conversación, que duró casi una hora, charlamos de la Liga Nacional, la posibilidad de haber llegado a la NBA, su paso como asistente técnico en Bahía Básket y, por supuesto, de la Generación Dorada.
Mirá la charla completa con Alejandro Montecchia:
La posibilidad de volver a laburar con el básquet está latente, no lo abandoné completamente, pero la verdad no está siendo prioridad. El último partido que vi entero fue la final del mundial, así que imaginate, yo era un fanático de la Euroliga, y en esta edición no vi nada, la NBA no me motiva para mirarla tampoco, así que estoy bastante desinformado del ambiente del básquet internacional. Uno al básquet lo tiene en la sangre y si surge algo que me motive seguramente retornaré.
Que Manu se fuera también influyó bastante, era mucho de mirar San Antonio, después el resto de los equipos eran contados con los dedos de una mano, porque me agradaba su estilo de juego, el retiro de Manu fue mi retirada de mirar mucho NBA.
El estilo de juego con el que me identifico mucho es el de la Euroliga, son partidos que me gusta mirar porque son tácticos y es a lo que uno jugó toda la vida. La NBA tiene el vértigo, son distintos estilos, no es lo que me gusta, pero no puede dejar de admitir que el talento y la facilidad de anotar en la NBA es abrumadora, son super atletas y con una capacidad de anotación que sorprende y uno se pone a pensar cómo se llega a ese nivel de eficacia, eso es lo que más me atrae, ver atletas como Durant, Curry, muchos más, haciendo tiros que parecen fáciles, pero que son muy difícil de lograr.
No haber ido a la NBA es una de las pocas cosas de las que me arrepiento, eso fue en el 2003, terminó el Preolímpico de Puerto Rico, vuelvo para Bahía, tenía 4 dias que me había dado el Valencia para acomodarme, levantar a la familia e irnos a españa. Ahí me llega el llamado de mi representante, diciendo que Popovich me quería, yo creía que era una broma, y no, fueron tres cuatro días que me metí dentro de un huracán, analizando un montón de cosas, al Valencia no le agradaba de que yo me vaya, poniendo mucho en la balanza, la inseguridad de no saber si iba a poder hacer pie en la NBA, tome la decisión de quedarme en Valencia priorizando unas cosas que mi representante me había comentado, cómo renovar antes de tiempo o mejorar mi contrato, cosa que no pasó, por eso también me arrepiento, ademas viendo como se manejaba San Antonio, si daba el ok, ese año lo podría haber terminado en el equipo. Después de toda esta situación viajo a San Antonio dos años después para la ceremonia del segundo anillo de Manu, parando en su casa, me pidió que lo acompañe a un entrenamiento, vi todo el entrenamiento sentadito, termina el entrenamiento y viene Popovich a donde estaba sentado, él me pregunta «¿se puede saber que hiciste’, vos tendrías que estar acá con nosotros» y ahí me quise matar. Que San Antonio se haya fijado en mí, me llena de orgullo.
Yo creo que Hugo era un jugador que podría haber estado en la NBA, pero la apertura nos llegó tarde a nosotros, ya crecidos en edad, y tal vez no era la ambición. Yo nunca me puse como objetivo llegar a la NBA, era como algo que no podía ocurrir y no le puse demasiado énfasis en pensar un futuro NBA. Me encantaba estar en Europa, era parte de mi objetivo. Nunca lo hablé con él, nunca supe si tenía el anhelo de ir allá, he visto pocos jugadores como él y seguramente podría haber llegado.
Nosotros cuando éramos chicos lo veíamos como algo inalcanzable a la NBA, siempre ellos para nosotros van a ser super atletas a pesar de que los pudimos equiparar, les pudimos jugar de igual a igual y ganarles dos veces. Creo que el crecimiento de todos pudiendo emigrar a Europa, pudiendo jugar afuera, creo que es fundamental para poder lograr eso, pero por supuesto que la cabeza es super importante, mantenerse en ese nivel, hacer muchos sacrificios por eso pienso que Manu es un extraterrestre por haberse mantenido tantos años, haber jugado hasta los 40 con protagonismo, y haciendo las cosas de manera excelente. Es muy difícil mantenerse a ese nivel de concentración con la cabeza trabajando constantemente para que tu cuerpo esté a la altura y él lo hizo por más de diez años. Es algo muy difícil de conseguir porque en algún momento necesitas bajar un cambio y él no lo hizo, es increíble, por eso entiendo que se esté tomando vacaciones del básquet y se relaje y disfrutando porque el nivel de exigencia que tuvo con el mismo fue altísimo y recién ahora está disfrutando. Por eso no habla de básquet, por eso no quiere saber nada con los ofrecimientos que le están haciendo desde San Antonio, quizas en un futuro haga algo con el básquet, pero ahora respeto y celebro lo que hace.
Lo de Luis Scola es increíble, no me extraña que hoy sea el primero en ir a entrenar. Yo fui compañero de habitación y cuando fue drafteado por San Antonio, recuerdo sus charlas por teléfono o los emails que le mandaban, diciendo las cosas que tenía que mejorar y él se volvía loco. Uno en particular decía que no agarraba rebotes y después del entrenamiento se quedaba practicando el tema de rebotes, esa época la sufrió muchísimo y eso lo potenció como jugador. Todo lo que el se proponga lo va a conseguir. Me sorprendió antes del mundial, verlo físicamente, era un avión, nunca lo había visto así, ni en 2004, ni antes, lo vi como un super atleta en su manera de estar físicamente, es lo que hizo, trabajando solo en su campo, preparándose para un mundial porque sabía que podía ser el último con la Selección y no solo estuvo a la altura sino que se superó. Son casos de estudio, para que todos lo tengan de ejemplo de grandeza y superación para mantenerse en la elite, los jóvenes tienen que mirar partidos y sacar lo máximo que puedan de ellos.
El retiro me costó, yo lo aceleré un poco por un problema familiar, mi padre necesitaba que yo esté con él, y él no se quería mover de Bahía por supuesto, decidí retirarme un poco por eso, otro poco por el agotamiento del ritmo y querer parar. El primer año la llevé, el segundo año no sabía que hacer, era un león enjaulado, por suerte después surgió el proyecto de pepe y me sumé como asistente técnico, pero yo me seguía sintiendo jugador, en una época entrenaba con el equipo, y se me cruzó por la cabeza el volver, pero automáticamente la descarté, pero costó bastante. Me costó dos o tres años dejar de lado el jugador y tomar la actitud de ser uno más en el banco de suplentes que tenía que dar indicaciones, no es lo mismo, no me llena como lo fue ser jugador, si uno pudiera ser jugador toda la vida estaría encantado. De afuera sufro mucho, me cuesta horrores a veces estar en un equipo y no poder estar adentro de la cancha.
Uno estando afuera tiene que aprender a comunicar para que tenga que aprender ciertas cosas que pasan en la cancha, eso al jugador se lo da la experiencia, ver lo que pasa adentro de la cancha, para tener la capacidad de resolver.
Es duro el formato de jugar todos los días, como jugador lo disfrutaría, porque lo que quieren es jugar. Como entrenador los tiempos de entrenamiento son muy cortos y el formato no favorece, porque los entrenadores quisieran poder entrenar más cosas y no tener tantos juegos que le impidan tener que hacerlo. Hay que dosificar mucho las cargas y que los jugadores estén listos para rendir en cualquier día de la semana, eso no soy el más indicado para decirlo, habría que estudiarlo. Las ligas europeas no juegan todos los días, tienen su competencia local y los internacionales juegan como mucho tres partidos por semana, así que ya te digo, como entrenador preferiría que se juegue menos y se pueda entrenar más.»