La estadística fría registrará que Bahía Basket debutó ganando en el Súper 20, frente a Quilmes, por 88 a 76, lo cual es muy importante. De todos modos, hay algo que está por encima y es la forma en la que llevó el partido, más allá de las limitaciones de su rival. El equipo mostró como principal respuesta la dinámica en ambos costados de la cancha.
Definitivamente, será su sello distintivo en una temporada de renovación acelerada (perdió 9 jugadores). Considerando que se trató de la primera presentación, con todo lo que significaba, hubo varios aspectos que sumaron. Y mucho.
Primero, lo actitudinal. Está claro que sin eso, el equipo no tendrá chances, deberá jugar al límite. Defensivamente Bahía se mostró muy activo, con solidez –básicamente- en el perímetro. En la medida que obligó a que su rival juegue a la altura de la línea de tres puntos, dominó claramente.
El problema fue cuando le rompieron esa línea o, en la reversión, no pudo evitar que la pelota entrara en la pintura. Ahí desnudó su principal limitación. De todos modos, no se la hizo fácil a Quilmes, porque cada vez que la pelota fue abajo con los internos de espaldas, saltó la ayuda.
A partir de la defensa muy dinámica, el equipo de Sepo Ginóbili construyó el ataque. Salió muy rápido, se pasó mucho la pelota, mostró profundidad con los bases y tomó, cada uno que lo tuvo en sus manos, el tiro a distancia. A la vez, también supo capitalizar la caída de los grandes, con lectura para sacar ventajas por el eje de cancha.
Lo importante, por encima del resultado, fue la frescura y atrevimiento en general, sacándose rápidamente la carga del primer partido. Corvalán está llamado a ser el líder y lo dejó en claro, con mucha potencia al momento de atacar el cesto y tomando tiros a pie firme.
Thygesen generó juego a partir de la dinámica, se lo vio más maduro y prolijo, además de haber sumado mayor poder de gol; Materán, Martín Fernández y Elías, asumieron sus roles de tiradores y siempre tuvieron la mira en el cesto. Tendrán que sacrificarse más en defensa.
Filippa hizo el trabajo sucio bancándose a los grandes en el 1×1, mientras que Gerson y Levy aportaron su cuota de experiencia cerca del cesto y, en el caso del panameño, a veces lejos también.
El público –que llegó en buen número por tratarse de un primer juego-, se llevó una imagen como para volver. Y lo retribuyó con el aplauso final. Los pibes se lo ganaron…
Nota: lanueva.com
Foto: La Liga Contenidos