No hay mal que dure 100 años, reza un dicho, así como tampoco existe racha negativa sin final en nuestra Liga Nacional. Demoró, es cierto, pero Argentino de Junín se quedó con su primer festejo en la temporada; y fue contra el último rival de la máxima categoría. Porque siempre acostumbrado a hacer las épicas las hisrtorias, no podía encontrar otro rival contra quien sumar su primer triunfo. Y tuvo que trabajar mucho más de lo que parecía, pero finalmente se quedó con el duelo por 61 a 60.

Más allá de la apuesta al tiro perimetral, los Xeneizes encontraron mayor lucidez en el inicio, de la mano de un Marcos Delía que se encargó de dominar la zona pintada. Pero a medida que pasaron los minutos, la confianza y la efectividad de Boca empezó a bajar, permitiéndole a Argentino poner un poco más de personal bajo el aro, permitiéndole a la visita a tomar lanzamientos desde los 6,75m.

Esta dinámica funcionó durante más de 30 minutos en el juego, pero en la apertura del último parcial, Boca estaba dispuesto a demostrar que tiene la capacidad de reaccionar, incluso cuando la diferencia a favor del local ya acariciaba los 20 puntos. El turco fue práctico en su juego, pero en la larga empezó a pesar el físico y el plantel más largo de Boca.

Un cierre para el infarto

Con la rotación activa, empezó a mover la pelota y encontrar confianza en distintos protagonistas. Y Argentino aguantó, con todo lo que tenía disponible en las piernas, pero por sobre todo en el corazón. No podía escaparse esta oportunidad. El aire dejó de moverse durante un segundo, ese segundo que la pelota se demoró entre las manos de Vildoza y el aro. Los visitantes tuvieron la última, pero el aro rechazó el lanzamiento, para desatar la euforia de un público que tenía atragantado el festejo desde la primera fecha.

 

Foto: prensa Argentino
Nota: Ison Patoco