Un absoluto partidazo nos regalaron San Lorenzo y Nacional en la definición de la Liga Sudamericana. Con muchísimo amor propio, los de Boedo lucharon, literalmente, hasta la última pelota, pero terminaron quedándose con las manos vacías en la gran final. Los uruguayos se quedaron con el duelo por 77 a 76 y se convirtieron en el primer equipo de su país en levantar el trofeo sudamericano.
Los 40 minutos fueron tan cambiantes como intensos. Los cuartos se intercalaron para cada uno de los equipos, que trataba de encontrar resto físico desde lo más profundo para seguir luchando en esta batalla. Los de Montevideo metieron un parcial de 12-0, mostrando por qué llegaban con la chapa de candidato. Pero el Ciclón lejos estaba de darse por vencido tan fácil. Aparecieron los tres pilares ofensivos del torneo: Lucas Pérez desde la conducción, más la dupla Córdoba – Grun para sumar puntos en ataque. Corriendo la cancha, y con buena efectividad desde el perímetro encaminaron las acciones.
La sobrecarga de faltas a Basualdo fue una de las primeras señales de alarma en el equipo de nuestro país. Con la pintura debilitada, Nacional empezó a sumar cerca del aro, pero el azulgrana castigó desde los 6,75m cada vez que tuvo oportunidades. Cuando parecía que la historia podía inclinarse a favor de San Lorenzo, un par de errores defensivos y faltas al lanzamiento de tres, sentenció la historia para definirse en tiempo extra.
En los cinco minutos extra, el cansancio y la sobre carga física se hizo notar en los dos equipos, pero Nacional no falló desde la línea, obligando a San Lorenzo a tomar un lanzamiento rápido en la última ofensiva, con seis segundos en el reloj. El pase a la esquina no llegó a tiempo, desatando la euforia del público uruguayo.