París 2024 probablemente tenga el mejor torneo de básquetbol olímpico de la historia. Luego de la victoria de Alemania para su primera clasificación a semifinales, Serbia hizo lo suyo. El equipo de Svetislav Pesic venció 95-90 a Australia para meterse entre los cuatro mejores del certamen.

Un partido que arrancó sumamente adverso para el conjunto balcánico. El rival impuso su ritmo a lo largo de los primeros diez minutos. El par de Josh Giddey (25 puntos, cinco rebotes y 4 asistencias) y Patty Mills (26) fue clave para esta situación. Una diferencia de 31-17 al cabo de la primera decena minutos que desembocaría en la máxima de 24 en el meridiano del segundo período.

Desde entonces, el combinado europeo empezó a construir desde la defensa. Frenó a los principales conductores del rival y creció desde la figura de Nikola Jokic (21 puntos, 14 rebotes y 8 asistencias). El trabajo de Dobric (11) sobre Giddey fue clave en el marcaje, no sólo para frenar el goleo adversario sino también para desembocar en el propio. El equipo ganó fluidez ofensiva, logró quebrar el cerrojo que tenía en el aro y emparejar las acciones.

Tras la igualdad y posterior ventaja serbia en el tercer cuarto, otro fue el cantar. Australia corrió desde atrás e intentó imponer nuevamente su ritmo. Giddey lideró los ataques y con un buen acompañante en Jack McVeigh (13), autor de tres triples. Del otro lado, Jokic, siempre Jokic, con el apoyo de Bogdan Bogdanovic (17-5-6) para llegar a una definición sumamente atractiva.

Patty Mills, el héroe de Australia, para forzar el OT

El tiro de Patty Mills para forzar el OT en Australia-Serbia. Foto: FIBA.
El tiro de Patty Mills para forzar el OT en Australia-Serbia. Foto: FIBA.

Serbia llegó a quedar al frente por dos puntos (82-80) con nueve segundos en el encuentro. Australia tenía opciones, pero fue por su histórica: Patty Mills.

Jugó un mano-en-mano con Duop Reath y recibió el bloqueo para obligar el cambio. Quedó emparejado con Jokic. ¿Una ventaja ofensiva? Para nada. El serbio lo aguantó a un gran nivel y lo llevó hacia su izquierda, su lado menos hábil. El ex San Antonio llegó a intentar un contacto para dejarlo detrás, pero no sólo que no pudo sino que también se le escapó la pelota.

Apurado por el reloj, agarró la anaranjada, dio un ligero paso hacia atrás y sacó el tiro. Todo red. Igualdad en 82 antes del bocinazo que indicó el suplementario.

 

SERBIA LO GANÓ DE LA MANO DE JOKIC

Australia llegó a mandar por tres puntos en el alargue tras un triple de Josh Giddey a 2:43 del final. El envión estaba de su lado frente a una Serbia que hacía rendir su ataque a cuenta gotas.

Cuando el triunfo parecía decantarse del lado oceánico, apareció el que -al menos en la NBA- es el mejor. Nikola Jokic forzó un robo de Patty Mills y anotó en la siguiente acción para darle la ventaja a los suyos. McVeigh intentó responder, se topó con el de los Nuggets y nuevamente anotó en la posterior acción. Por último, una pérdida de Giddey que Jokic encontró.

En un abrir y cerrar de ojos, sentenció el partido. Fue Bogdanovic el que tuvo la responsabilidad de liquidar el partido matemáticamente. El de Atlanta cobró los dos con facilidad, demostrando el nivel élite.

Serbia está en semifinales. Por sus individualidades que pesaron sobre el final y por el colectivo cuando había un -24 en contra. Una nueva muestra de lo importante que es su escuela. El próximo jueves enfrentará al ganador de Estados Unidos-Brasil.

Nota: Fernando Torok
Foto: FIBA