Gordon Hayward anunció su retiro a los 34 años. El alero, que pasó la última temporada de la NBA junto al Oklahoma City Thunder, lo hizo oficial en sus cuentas de redes sociales.
Hayward nació el 23 de marzo de 1990 en Indianápolis, pero se mudó muy chiquito a Brownsburg, Indiana. Allí pasó su infancia como adolescencia, destacando entre las filas del Brownsburg High School.
En el último año de su etapa colegial mantuvo medias de 18,0 puntos, 8,4 rebotes y 3,6 asistencias. Además, anotó el tiro ganador en el 40-39 a Marion High School para ser campeón estatal. Fue premiado como el mejor jugador de Indianápolis.
Si bien no llamó la atención de las universidades importantes, desembarcó en la Universidad de Butler. Allí jugó para el equipo que dirigió Brad Stevens, luego coach y actual gerente general de los Boston Celtics.
Pasó dos años en la NCAA. Fue líder del equipo que fue finalista en la Horizon League, siendo el más destacado del elenco con 13,1 puntos y 6,5 rebotes por aparición. El combinado clasificó al torneo NCAA, pero cayó en su primera presentación ante LSU Tigers.
La 2009-10 lo encontró en su mejor versión. Butler tuvo su revancha en la Horizon League y Hayward fue elegido nuevamente como el mejor jugador de la competencia. Además, Butler llegó a la final del torneo de la NCAA, algo totalmente impensado, y tuvo en las manos del alero la chance de un tiro milagroso frente a Duke. Él fue parte del mejor equipo del torneo.
Estrella del Utah Jazz
Después de destacarse como jugador universitario, se declaró elegible para el Draft de la NBA 2010. El Utah Jazz lo eligió en el noveno puesto. Así, iniciaría un proceso de siete años (2010-17) junto a la franquicia de Salt Lake.
Gordon Hayward fue de menor a mayor para un equipo que pasó de ser competitivo a atravesar una reconstrucción. Jugador de rol en su primer año y estrella en el último. Promedió 15,7 puntos, 4,2 rebotes, 3,4 asistencias y 1,0 robos entre sus siete campañas.
Esa 2016-17 fue su mejor año junto al equipo. No sólo por el hecho de ser estrella NBA, sino también por el regreso a Playoffs tras cinco años. Utah firmó un 51-31 en la fase regular, válido para el cinco lugar de la conferencia del oeste. El equipo superó a Los Ángeles Clippers en la primera ronda de los Playoffs (4-3). Luego, cayó ante el campeón Golden State Warriors (0-4) en semifinales.
La lesión que cambió todo
Gordon Hayward decidió cambiar de aire de cara a la 2017-18. Optó por unirse a Kyrie Irving en Boston en pos de pelear por el campeonato. A su vez, se reunió con Brad Stevens, su viejo entrenador en Butler.
Lo que en la agencia libre 2017 parecía ser un potencial candidato, arrancó la temporada como una pesadilla. El 18 de octubre del 2017, en su primer partido oficial junto a los Celtics y frente a los Cavaliers, sufrió una fractura expuesta de tibia en su tobillo izquierdo.
Aquel sería su único juego disputado de la 2017-18, campaña en la que Boston cayó 4-3 ante Cleveland en las finales de conferencia.
Volvería a jugar para Boston en la 2018-19, pero no mostró el mismo nivel que en otras épocas. No tenía la fluidez de movimientos que contaba antes de la lesión. Además, no estaba tan fino desde el tiro.
Se reencontraría con su nivel en el último año en Boston. Medias de 17,5 puntos, 6,7 rebotes, 4,1 asistencias y 0,7 robos en la 2019-20. Fue clave en el regreso del conjunto verde a las finales de conferencia, pero la franquicia decidió traspasarlo a Charlotte antes del último año de su vínculo.
Irregularidad en Charlotte y final en Oklahoma
Gordon Hayward pasó cuatro años en los Hornets. Alternó buenas y malas a partir de sus problemas físicos. Fue de mayor a menor bajando de 19,6 puntos de media en su primer año (42 apariciones) a 14,5 en 25 juegos en la 2023-24.
Charlotte no terminó de armar un equipo competitivo a su gusto y, al igual que Boston, decidió transferirlo en el último año de su vínculo. Llegó al Thunder, pero nunca estuvo al nivel esperado. No podía seguirle el tren al equipo dinámico de Mark Daigneault. Disputó apenas 46 minutos entre los 10 partidos de Playoffs que jugó el equipo.
El comunicado de Gordon Hayward
«Dios me bendijo con un viaje extraordinario, uno que tuvo sus vueltas y que no podría haber esperado o soñado como un chico de Brownsburg, Indiana.
Hoy me estoy retirando oficialmente del juego del básquetbol. Ha sido un viaje increíble y estoy muy agradecido a todos aquellos que me ayudaron a lograr más de lo que pude haber imaginado.
Desde que era chico, mi versículo favorito de la biblia siempre fue: «Puedo hacer todas las cosas a través de Cristo que me fortalece» (Filipenses 4:13).
Quiero agradecerle a Dios por darme la chance y el privilegio de jugar a este juego y permitire ser mejor cada uno de mis días.
A mis entrenadores, compañeros, preparadores físicos, doctores, amigos y familia – hay demasiada gente a la que nombrar en este corto posteo, pero ustedes siempre me ayudaron a superar todo a lo largo de los años y en distintas ciudades, lo que ayudó a que supere mis propias expectativas.
Una mención especial para mi mama y mi papá -mis mayores fanáticos- que siempre me apoyaron de manera incondicional. A mi agente, Mark Bartelstei -el mejor del negocio- un pilar de sanidad a través de las incontables llamadas antes como después de los partidos. A mis hijos Bernie, Charlie, Nora y GT – siempre fueron la fuente de mi inspiración, alentándome a dar el mejor aún cuando pude estar junto a ustedes en casa. Y, mi agradecimiento máximo, a mi esposa Robyn – sin tí no sabría dónde estaría. ¡Abrazás todos los roles y muchísimo más!
A mis fanáticos: gracias por el apoyo en las buenas y malas. Siempre estaré agradecido por los mensajes de apoyo y aliento que recibí a lo largo del mundo. Me inspiraron a siempre soñar a lo grande y mejorar todos los días. Y para los jóvenes que vienen, los aliento a hacer lo mismo.
Así como tomo esta decisión para pasar más tiempo con mi familia, como padre y esposo, espero a las nuevas aventuras y los desafíos que vienen, aprovechando las lexiones que aprendí dentro de la cancha para ayudarme a vivir mis próximos capítulos, tanto en los negocios como en la vida. ¡Estoy ansioso por ver lo que viene!
Foto: Sports Ilustrated
Nota: Fernando Torok