Los Minnesota Timberwolves, líderes de la Conferencia Oeste en la NBA tuvieron una noche para el olvido este lunes, cayendo ante los Charlotte Hornets. Los equipos presentan dos realidades muy distintas. El objetivo del ex equipo de Michael Jordan se ubica en el puesto número 13 del Este, con un registro de 10-31, muy lejano al 30-13 que ostentan los Wolves. En el contexto de una derrota impensable, el entranador Chris Finch se desquitó con sus jugadores, en especial con uno de ellos, en la conferencia de prensa tras el juego.
En el 125 a 128 se destacaron los 62 puntos de Karl Anthony Towns, que alcanzó su récord personal en la NBA, así como también el número más alto de la franquicia. Como si fuera poco, se convirtió en el primer pivot en la historia que obtiene más de 60 unidades y 10 triples en un partido. La realidad es que pocos recordarán esta actuación siendo que el equipo no pudo superar a los Hornets. Y el entrenador Chris Finch así lo hizo saber en la conferencia de prensa una vez que terminó el juego. El enojo era evidente y el jugador dominicano fue el principal receptor de sus críticas.
Las declaraciones de Finch:
«Hicimos un partido desagradable en defensa y hemos jugado un baloncesto inmaduro. Esto es lo que pasa cuando tienes este tipo de enfoque. Obviamente, intentamos alimentar la mano caliente (por KAT), pero llega un punto en el que tienes que realizar la jugada correcta y hacer las cosas bien. Hay muchas maneras de ser inmaduro; y hoy ha habido muchas actuaciones inmaduras en nuestro equipo. Hemos faltado al respeto por completo al juego, a nosotros mismos, y hemos tenido exactamente lo que nos merecíamos”
Distintos protagonistas de la prensa preguntaron sobre la actuación de Towns, y el entrenador no dudó en responder que estaba demasiado preocupado por sumar puntos: “Absolutamente. Sí. Durante un tiempo todo estuvo bien, pero en la recta final se secó un poco para nosotros”.
El descargo de Towns:
Como si la derrota no fuera suficiente para opacar la gran actuación del dominicano, la histórica actuación de Joel Embiid (con 70 puntos) se encargó de tirar por el piso cualquier tema de conversación. Pero la realidad es que fue el propio interno de los Timberwolves el que también le bajó el precio a lo que dejó en el rectángulo de juego. «Tener una noche como esa después de una derrota no se siente muy bueno ni histórico. Somos el número uno en el Oeste, uno de los mejores equipos de la NBA; no hay tiempo para victorias morales».