Argentina metió un sólido triunfo en el Polideportivo Islas Malvinas de Mar del Plata ante el hasta acá invicto Canadá por 83 a 72. Facundo Campazzo fue la gran figura con 13 puntos, 4 rebotes, 11 asistencias y 2 robos.
El partido comenzó con un Facundo Campazzo que controló, una vez más, las acciones ofensivas. Con el cordobés generando para sí mismo y para el equipo, los de Prigioni sacaron una leve ventaja.
Con el correr del cuarto, la visita se puso en juego y entre Thomas Scrubb y luego Kenny Chery, dieron vuelta el marcador. Argentina no conseguía fluir hasta que aparecieron Delfino y J.F. Fernández. Lancha se despachó con 8 puntos (2/3 en triples) y el interno trajo 5 más.
¿Una clave del primer tiempo? Si el local logra defender y sacar la contra rápida, el daño al pobre balance defensivo canadiense se nota.
Volcada de Fjellerup, Gallizzi y Vaulet, más otra función de magia de Campazzo pusieron 9 arriba a Argentina el entretiempo.
El comienzo de la segunda mitad vino con una delicia de Facundo asistiendo a Garino. Después de un doble, el marplatense también clavó un triple y todo el Poli sonrió.
Argentina siguió trabando la ofensiva canadiense, frenó un intento de racción visitante y movió bien el balón adelante. Romper la primera línea con recurrencia, paciencia para hacer girar la pelota por todo el ataque y siempre encontrar a uno de celeste y blanco con tiempo para decidir pusieron en 22 la máxima diferencia del juego.
Un parcial de 11-0 para Canadá liderado por Thomas Scrubb y Bell-Haynes puso en juego a la visita cuando todo parecía controlado. Ya estar clasificado y jugar sin más presión que conservar el invicto (más allá de la enorme concurrencia en el estadio) le dio vida a los de Nate Bjorkgren.
Ya en el último cuarto, los primeros cinco minutos fueron de cambiar golpe por golpe. Los canadienses se mantenían con triples y Argentina siendo un poco más profundo.
Cuatro puntos de Delfino y dos bombas de Brussino alejaron al local en el marcador. Otra vez la paciencia para estirar los ataques jugando con el reloj impulsaron a la selección argentina al triunfo.
Un triunfo que vale un Mundial, aún sin estar clasificado, pero que lo pone un pie más cerca de Japón, Filipinas e Indonesia.