Año 2022 y el advenimiento de plataformas multimedia para transmitir, dar a conocer y viralizar cualquier tipo de contenido audiovisual ya está fuera de toda discusión. Ocurre con películas, series, programas especiales, incluso con lo que hasta hace poco conocíamos como televisión convencional.
Sin embargo, el magnetismo que provoca para cualquier espectáculo deportivo el encendido del aparato de televisión es, en muchos casos, casi una religión. Además, en el caso de televidentes de edad avanzada, es mucho más sencillo y menos complejo buscar contenido con el control remoto que hacerlo frente a una computadora o un teléfono inteligente.
Contemplando estas dos situaciones, la novela del receso en el básquetbol argentino no fue la transferencia de algún jugador, ni un entrenador que pasó de un banco al de su rival acérrimo, sino aquella que tuvo como protagonistas a los derechos de televisación y comercialización de nuestra Liga Nacional. Con TyC Sports manteniendo dos televisados por semana, más DirecTV Sports dándole pantalla a la Liga una vez cada siete días, el grueso de la difusión audiovisual quedó en manos de Basquet Pass, que ya tenía a su cargo casi toda la oferta de básquetbol nacional: Liga Argentina, Liga Federal, Liga Femenina, incluso torneos de categorías formativas.
Con un abono anual de 9990 pesos, uno mensual de 990 de la misma moneda y la promesa de transmitir, además de la máxima categoría, 2 juegos por semana de la NBB de Brasil y la Libobasquet boliviana (Basquet Pass ya ha desembarcado en el vecino país con esta competencia), el inicio de las transmisiones de Liga Nacional por Basquet Pass no pudo ser peor. Partidos que no se pudieron ver, errores técnicos por doquier, problemas de logueo de los usuarios, demora en el alta de sus cuentas, imposibilidad de enviar el contenido a otros dispositivos como Chromecast, entre otros, fueron algunos de los problemas reportados por los usuarios, sin una respuesta por parte de la empresa.
¿Pues qué ocurre en otras partes del mundo? Por cuestiones lógicas, la comparación no será ni con la NBA (más allá que su League Pass anual, en esta temporada, es un 50% más económico que la oferta por el mismo período que la de Basquet Pass) ni con la Euroliga (que con cerca de 97 euros anuales ofrece acceso irrestricto a las temporadas tanto de Euroliga como de Eurocup, multipantalla con hasta cuatro juegos en simultáneo, posibilidad de ver los partidos en diferido, además de contenidos exclusivos) que, sobradamente, están muy por encima de cualquier liga del mundo (además de ser multinacionales que en este sentido ofrecen un producto de calidad). Sí nos detendremos a ver casos de ligas nacionales que cuentan con sistemas incluso mixtos, al igual que en nuestra Liga, de transmisión a nivel nacional.
Brasil
La referencia más cercana es, lógicamente, Brasil. Con una NBB en crecimiento (por cantidad y calidad de equipos competitivos, además del empuje de empresas privadas y una difusión que va in crescendo), los aficionados brasileños poseen una oferta con tres señales (dos en cable, una abierta): ESPN y SportTV ofrecen un partido por semana para abonados de cable básico, mientras que TV Cultura, señal abierta en Brasil, también transmite un juego. El canal de YouTube de la NBB ofrece entre cinco y seis encuentros por semana (que se pueden ver desde nuestro país), mientras que hay equipos como Unifacisa (cuyo dueño es también el responsable máximo de una señal de TV) que transmiten sus juegos también vía YouTube, fidelizando a sus seguidores (y a aquellos que pueden sentirse atraídos por la oferta). Brasil tuvo hace unos años una experiencia fugaz con Dazn, empresa rusa que posee los derechos de Euroliga en varios países de Europa, que televisó el 100% de los encuentros.
España
La Liga Endesa posee broadcasting netamente privado: Movistar se ha hecho cargo de las transmisiones no sólo de la Liga, sino además de la Copa del Rey y de la Supercopa Española desde hace unos años y le da pantalla a la máxima competencia nacional de clubes del mundo al 100%. ¿Su costo? 18 euros por mes, activando el pack Deportes de Movistar para los aficionados de la península ibérica, en donde se pueden ver todos y cada uno de los partidos en directo y también en diferido por el plazo de aproximadamente un mes.
Alemania
La máxima competencia de clubes de los recientes medallistas de bronce en el Eurobasket se muestra en estado emergente desde hace ya unos años, reclutando jóvenes para desarrollar (en ello, organizaciones como Ulm y Alba Berlin son ejemplares), mejorando sus instalaciones y mostrando un producto cada vez más cuidado. A la espera de un mayor impacto a nivel deportivo en cuanto a clubes se refiere, los derechos de la televisación de la BBL (hasta dentro de un año) están a cargo de Magenta, que también posee los derechos de la Euroliga, Eurocup y los torneos de selecciones nacionales. Magenta es una empresa del gigante de las telecomunicaciones Deutsche Telekom AG (la empresa de telecomunicaciones más grande de Europa), pero no es necesario ser cliente de Telekom para poder acceder al contenido de la BBL. Obviamente, sus abonados pagan menos (4.95 euros por mes en el caso del abono anual y 9.95 euros mensuales en el abono de cada 30 días con la opción de cancelar el mismo cuando el cliente así lo desee) que quienes no lo son (9.95 euros y 16.95 euros respectivamente), con lo cual aquí hay una diferencia importante con el esquema de negocios de Movistar, que requiere sí o sí ser cliente.
Francia
La liga de los vigentes vicecampeones europeos y olímpicos ofrece todos los partidos mediante su web, lnb.tv. Al margen de ofrecer el producto vía internet, hay transmisiones mediante Bein Sports y en canales regionales, tierra adentro, como France 3 TV.
Ver o no ver, esa es la cuestión
Sacando la comparación con la NBA, que puede darse el lujo de casi ‘regalar’ su League Pass en una maniobra que busca atraer nuevos aficionados, no ha habido mayores quejas en cuanto al valor del abono que ofrece Basquet Pass en nuestro país. Por supuesto, resulta carísimo si cada vez que uno intenta ver un partido no lo puede hacer. Entonces, ¿cuál es el mayor problema? Por supuesto: la confiabilidad de las transmisiones, cosa que claramente NO ocurre en los países previamente enumerados.
La televisación es la puerta de acceso a un montón de cuestiones asociadas: sponsorización, scouting de los equipos, nuevos potenciales clientes, entre otros. Y si la televisación es deficiente, todo deriva en un efecto dominó: a menor acceso, menor atracción para posibles sponsors, imposibilidad de los equipos de estudiar a sus próximos rivales y, por supuesto, menor cantidad de aficionados que se sienten atraídos en adquirir el producto. El cambio de Basquet Pass en detrimento de TyC Sports Play no sólo modificó la costumbre, sino además el bolsillo. Pero esto no es, al menos en estas primeras jornadas, lo que más molesta, sino efectivamente el no poder ver los juegos. En el caso de los clubes, la modificación contractual también ha afectado a sus presupuestos. Si a los inconvenientes además se agrega el silencio tanto de las autoridades de Basquet Pass así como de los dueños de la pelota (AdC) para con los usuarios, el combo es explosivo y sólo genera malestar.
Tras un par de años de transmisiones de la Liga Argentina, segunda competencia a nivel nacional, no parecen haberse solucionado temas claves como concurrencia de conexiones, stress de la plataforma, compatibilidad con dispositivos como Chromecast (dependiendo el teléfono, el ícono de conexión se visualiza o no) o contar con una imagen fluída y de calidad. Dicen que no hay una segunda oportunidad para una primera impresión; de cumplirse esto, mucha gente le habrá dicho adiós a la experiencia de ver nuestra Liga Nacional mediante streaming.
Por el bien de nuestro básquetbol, de los protagonistas y de quienes quieren verlos, ojalá este artículo quede en una mera anécdota, en una foto del momento y se convierta en innecesario tener que releer estas líneas.
Javier Juarez | @javierdm101