Sin tener su mejor juego colectivo, la Selección venció a República Dominicana 90 a 78 y se clasificó a los cuartos de final (donde se medirá contra Venezuela este jueves 7 a las 17.40) con un récord de 3-0, ubicándose como el segundo mejor equipo del torneo (por debajo de Brasil).
El primer cuarto se caracterizó por un ritmo extremadamente alto, en donde la Selección Argentina volvió a mostrar problemas en la defensa interior, lo cual fue bien aprovechado por Dominicana, que lastimó a los dirigidos por Prigioni con tiros de media distancia y al cerca del aro. También fue importante para los rivales lo generado a partir de los rebotes y las segundas oportunidades. En el sector ofensivo, lo mejor pasaba por la dupla de Facundo Campazzo y Gabriel Deck, que se combinaron con distintas opciones de tiro para mantener a la celeste y blanca en juego.
En el segundo parcial, Argentina mejoró la defensa, llegando mejor a los doblajes y cargando la pintura, para impedir los tiros cómodos y las segundas oportunidades. A esto se le sumó el goleo de Nicolás Laprovittola en ofensiva, sumando seis de sus ocho puntos en el cuarto. En el mejor momento del juego, llegaron a sacar una máxima ventaja de 10 puntos (38-48).
A la vuelta del vestuario se vio lo más flojo de la Selección en todo el torneo en ambos sectores de la cancha. Dominicana siguió atacando la pintura, sumando con mucha facilidad en las cercanías al aro, mientras que Argentina solo acertó una conversión de cancha en casi 8 minutos. Un bombazo de Nicolás Brussino pareció sacarle la modorra al equipo, volviendo a ponerlo en ventaja en el marcador, mientras que un triple de Bolmaro sobre la chicharra le dio seis puntos de luz (60-66) en el cierre de los diez minutos.
En el último cuarto, Argentina apostó al juego cerca del aro, tomando varios rebotes en ofensiva, aprovechando las caídas de Marcos Delía y Tayavek Gallizzi (que llegaba complicado con las faltas). A medidas que pasaron los minutos la Selección se reencontró con su mejor versión en ambos sectores de la cancha, con la dupla Campazzo – Deck volviendo al protagonismo, más la buena defensa de Vaulet, la albiceleste alcanzó su máxima, redondeando el 90 a 78 con el que Argentina se apoderó del grupo B con un récord invicto.