Si bien los libros llenos de datos duros y estadística contarán que el MVP de las finales en la temporada 22/23 fue Martín Cuello; la Gloria encontró en dos jugadores lo más solido de su producción en esta definición apasionante. Loku terminó como el máximo anotador del conjunto cordobés con una planilla espectacular de 21 puntos (con 4/4 en triples, 3/7 en dobles y 3/3 desde la línea de libres), además de 6 rebotes y 3 asistencias en 35 minutos en cancha.
Pero es complicado (casi imposible) analizar estas finales sin tener en cuenta el «factor Romano». Nicolás, que venía de ser campeón en San Lorenzo siendo determinante en el juego definitivo, volvió a ponerse el overol para hacer todo lo que fuera necesario para repetir el logro. El de Junín se fajó, castigó con puntos importantes, y terminó siendo uno de los estandartes anímicos del nuevo campeón de la Liga Nacional. El mejor nacional de la Fase Regular fue tal en esta definición, y no se salió jamás de su eje, algo que se repitió en este quinto encuentro. Finalmente, completó su planilla con 20 unidades (con 7/14 en tiros de campo), además de 5 tableros y 2 pases gol.