Jordan Poole y la historia del niño que confiaba en sí mismo

Su papá comenzó a prepararlo para llegar a la NBA antes del primer grado. Pero siempre lo subestimaron. Pick 28 del Draft. Pocos creyeron en él. Nada importó y hoy es uno de los más significativos de los Warriors.

Antes de que comenzaran los entrenamientos formales de Michigan University, un grupo de jugadores de los Wolverines está reunido en la cancha para disputar un par de picados. Obviamente, las reglas se relajan y los basquetbolistas cobran sus propias faltas. 

Moe Wagner, de tercer año, está marcando a Jordan Poole en posesiones consecutivas y tras un par de infracciones, el novato comienza a gritar que eran «pequeñas faltas de bebé». 

En la siguiente jugada, Poole lucha contra otro junior, Brent Hibbitts, por un rebote. Cuando el experimentado salta, Jordan lo empuja en el aire. Y en el momento en el que reclama la evidente falta, el actual jugador de los Warriors agarra el balón y lo lanza sobre su compañero.

Hibbitts se puso en la cara de Poole. Éste lo empujó. Él le devolvió el movimiento. Cuando estaban a punto de llegar a las manos, los compañeros los separaron. El partido continuó, pero el mensaje estaba enviado. 

Poole ni siquiera sabía aún los nombres de todos sus compañeros, pero les había comunicado claramente que, sin importar el lugar o el rival, no tendría miedo.

Así fue criado. 

Su padre, Anthony, fue un atleta polideportivo en la famosa Simeon Career Academy de Chicago, y llegó a jugar al fútbol en la Universidad de Wisconsin-Whitewater. Cuando él y su mujer, Monet, se instalaron en Menomonee Falls (Wisconsin), empezó a organizar partidos de básquet los domingos por la tarde en la iglesia luterana local. 

Llevaba a Jordan con él e insistía en que su hijo, que empezaba primer grado, tirara con un balón de la NBA en un aro reglamentario de 3 metros.

Los primeros recuerdos de Jordan sobre el básquet son frustrantes, pero su padre no tardó en formar un equipo AAU reconocido a nivel nacional, los Wisconsin Playground Warriors, en torno a él. Y no se demoró en encestar triples antes de llegar a la escuela secundaria.

Aunque Anthony era su entrenador, Jordan nunca recibió un pase libre. Una vez, en el viaje de vuelta a casa después de un torneo en la escuela secundaria, su papá fue especialmente duro con su hijo.

«Jugaste fatal. Si querés ser como cualquier otro niño y divertirte, está bien. Pero si querés jugar en la NBA, no lo conseguirás jugando como lo hiciste este fin de semana. Tendrás suerte si jugás en el extranjero»

Cuando llegaron a casa, Jordan saltó del coche, corrió a su habitación y dio un portazo. Al día siguiente, encontró una nota clavada en el marco de su puerta. Decía: «Tenés talento y PODÉS ir al extranjero. No a la NBA. Al extranjero». 

Durante unas semanas, ésa fue su única comunicación con su padre. A Anthony no le importaba. Él y Monet habían educado a su hijo para que fuera respetuoso pero para que lo desafiara todo. Si creía que merecía una nota mejor que la que recibía en un trabajo, le animaban a reunirse con el profesor. Si le pitaban una falta que no creía merecer, le animaban a pedir una explicación al funcionario. Cuando su colegio privado insistió en que sus alumnos llevaran pantalones como parte de su uniforme, Jordan se puso los suyos para cumplir con la normativa pero se los arremangó para no dejar de destacar. «Le miré en plan: «¿por qué?». dijo Anthony en Bleacher Report. “Pero así es como le hemos educado. Jordan no tiene miedo de ser él mismo».

En el Rufus King International High School de Milwaukee, Poole rompió el molde en el básquet de varias maneras. En primer lugar, llegó al equipo varsity como estudiante de primer año, algo que sólo otros dos jugadores de primer año habían logrado bajo el mando del veterano entrenador Jim Gosz. 

Y en segundo lugar, empezó a remangarse los pantalones cortos, el aspecto característico que aún hoy luce en Michigan. «Mi primer par parecía un paracaídas», dice. «Eran horribles. Pero en mi tercer año, empecé una pequeña revolución de pantalones cortos, y casi todo el mundo se apuntó al look».

Antes de comenzar su tercer año, se comprometió con Michigan ante una multitud de unos cientos de personas en su instituto. John Beilein, el coach de la universidad, había extendido a Poole la primera oferta de los Wolverines en la clase de 2017 después de un entrenamiento de verano que Gosz organizó. 

Al entrenador del instituto le encantó la ofensiva de Beilein y pensó que su pupilo encajaría perfectamente. Después de aconsejar a los Poole que aceptaran la oferta, cancelaron los entrenamientos programados para otros entrenadores universitarios.

Cuando Poole dio el salto a la escuela La Lumiere de Indiana para su última temporada secundaria, jugando junto a reclutas muy codiciados como Jaren Jackson Jr. de Michigan State, las ofertas de las grandes universidades siguieron llegando. Pero Poole, como en la cancha en la actualidad, nunca vaciló. 

De hecho, empezó a ofrecer avances de lo que los fans de Michigan podían esperar de él. En una entrevista, prometió dar a conocer al equipo por su «salvajismo» en su primera temporada. Y en la cancha, aceptó un papel saliendo del banco para ayudar a llevar a La Lumiere a un campeonato nacional de secundaria de Dick.

Momento soñado.

Poole trajo el mismo nivel de seguridad en sí mismo a Michigan, lo que provocó aquella disputa inicial con Hibbitts y Wagner.

En el vestuario, después de aquel incidente, Hibbitts se acercó a Poole, y ambos se dieron la mano e intercambiaron números de teléfono. Poco después, descubrieron que compartían muchos intereses, y comenzaron a jugar juntos al Fortnite, a la vez que crearon su propio equipo, los drip boys. 

Tras su etapa universitaria en Michigan, en la que promedió 9,4 puntos, 2,2 rebotes y 1,4 asistencias, fue reclutado por su primer equipo de la NBA. Golden State Warriors lo tomó en el pick 28 del Draft 2019. 

Una vez más, Jordan sería importante a pesar de que muchos dudaban de él. Steve Kerr terminó arrojándolo inmediatamente al fuego como jugador de rotación en un equipo que estaba destinado al fracaso.

El extirador incluso se dio cuenta de que el equipo estaba mermado por las numerosas lesiones y tuvo que mandar a Poole de inmediato. Como era de esperar, Jordan tuvo problemas y su eficiencia fue el problema más notable.

A pesar de eso, los Warriors vieron a Jordan Poole dar un salto de calidad la temporada pasada, y ahora va por la misma trayectoria que otras estrellas de la liga.

Poole lanzó por debajo del 34% en su campaña de novato. Sin embargo, a diferencia de jugadores como Damion Lee, Mychal Mulder y muchos otros, sus números desde esa temporada de 15 victorias hasta la pasada fueron drásticamente mejores, aumentando su tiro a más del 43%.

Además, llegó a los 12 puntos por partido, con un máximo de 38 tantos en su carrera. Promedió más de 22 unidades por cada 36 minutos. La toma de decisiones de Poole parecía mucho mejor, sobre todo después de que se reincorporara al equipo tras su paso por Santa Cruz Warriors.

Mientras Klay Thompson seguía de baja, Poole dio un paso adelante y fue esa tercera amenaza anotadora junto a Andrew Wiggins y Stephen Curry. 

Su confianza seguía sin vacilar. 

Ahora es una parte integral de las esperanzas de título de los Warriors.

30 y 29 puntos contra los Nuggets en el primer y segundo partido de la primera ronda de los playoffs. 

Jamás dejó de creer que debía estar en la cancha con los futuros miembros del Salón de la Fama, Stephen Curry, Klay Thompson y Draymond Green.Jordan Poole y la historia del niño que confiaba en sí mismo

«Desde el día 1. Tan pronto como entré, supe que pertenecía, sólo sería cuestión de tiempo hasta que pudiera demostrarlo». 

Confíen, planifiquen y ejecuten, la única forma de cumplir los sueños que se propongan. Jordan Poole es el ejemplo perfecto. Ustedes también pueden serlo. Que nadie les diga lo contrario. 



Nota: Ignacio Miranda | Twitter@nachomiranda14 

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