El último programa de Orígenes, tuvo la presencia de Tiago Spliter, que habló sobre su labor en los Brooklyn Nets, y repasó grandes momentos de su carrea. El campeón de la NBA junto a los San Antonio Spurs dedicó varios minutos para hablar de los referentes argentinos que tuvo en su carrera, como Manu Ginóbili, Luis Scola y Rubén Magnano. Escuchá la nota completa:
«Mi papel en los nets soy entrenador de desarrollo de jugadores jóvenes y asistente técnico de Steve Nash, mi función es lo que dice mi titulo, ayudo a los jóvenes a mejorar, para estar de la mejor forma para disputar la NBA, muchos no tienen mucha experiencia y tenemos que pasar videos, entrenar y que se adapten a la liga americana.
Yo cuando jugaba, en mi cabeza jamás estaba ser entrenador, jugar tiene sus funciones en el día a día y estaba cansado del básquet, tenía la cabeza llena de baloncesto y pensaba que después vería que hacer. Una vez que me retiré participé de un campus en Bahamas y ahí vi mi pasión, de estar en la cancha, con los jóvenes, gritando indicaciones, peleándome con el árbitro, ganando partidos, y eso es lo que quería hacer, es lo más parecido que hay a jugar. Empecé a desarrollar eso y buscando maneras de desarrollar mi conocimiento. Tuve la oportunidad de trabajar con Brooklyn, estaba en directorios, y después me sumé al staff de entrenadores, porque quería estar con los jóvenes.
Yo quizás también cuando me retiré lo hice por una lesión, bastante frustrado, yo sabía que podía darle más al básquet, y el básquet me podía dar más a mi. Yo creo que el bicho me picó ahí, estando con los chicos, y la verdad que es lo que sé hacer. No fui a la universidad, no tengo otro conocimiento que el baloncesto, dediqué mi vida completa a eso. No podría haberme dedicado a los negocios porque no tengo ni idea.
Primero como jugador tenía mis limitaciones, sabía jugar de una forma, no era un pívot moderno, no era tirador. Uno tiene que saber sus limitaciones y lo que hace bien. Yo no solo entreno pívots, también algunos aleros, pero mi especialidad es la formación de internos. Son todos distintos, cada uno tiene que buscar sus fortalezas y trabajar. De ahí hay que ver a cada uno de los chicos e indicar en qué tiene que mejorar cada uno. Hay mil cosas por hacer, pero hay que aprender que el básquet ha cambiado, lo que obliga a entender el básquet moderno. Hoy en día, las estadísticas modernas te dan una idea de por dónde se desarrolla el juego y cuáles cosas son más efectivas, y uno no puede ser cabezón en todo. No te puedes apoyar en eso al 100%, pero te puedes guiar por eso. Los números hablan, te indican que el poste no es tan efectivo, que los espacios son importantes, si tienen una persona que es muy buena en poste bajo por qué no darle la pelota. Hay que dar tu opinión y tener una base de datos para ser eficaz.
Es muy dificil elegir un solo entrenador, puedo decir un poco de cada uno. Tuve un entrenador individual en España que me tomó de muy joven y él me formó. Dusko me dio la oportunidad de jugar en la Euroliga, los argentinos lo conocen muy bien. Él me dio una gran chance, porque jugaba y entrenaba duro todos los días, y seguía el plan de juego. Una vez que hacías eso, tenías minutos asegurados, de ahí formé mi ética de trabajo. Obviamente tengo que hablar de Poppovich, es el más grande de todos, sabe cuando apretar y cuando no, sabe como manejar al jugador dentro y fuera de la cancha. En Brasil tuve a Elio Rubens, que me dio la chance de jugar un Mundial con 17 años. Rubén Magnano fue importante para seguir desarrollando la selección de mi país. Son entrenadores que me han ayudado muchísimo a mi carrera.
No me arrepiento de nada de lo que hice, en cada momento tomas decisiones que crees que son importantes, pero siempre hay algo para seguir los sueños, trabajar, ten objetivos a largo y corto plazo para alcanzar un objetivo. Es difícil hacer algo distinto a lo que hice porque conseguí llegar a lo que quería. A lo mejor, por retirarme por una lesión haría cosas distintas, como estar mejor, ser más fuerte, prepararme de otra manera, tuve problema en las caderas y quizás fue por algún mal entrenamiento, quizás me faltaron horas de gimnasio. Específicamente creo que sería eso, pero en sí, no me arrepiento de las cosas que hice.
En la NBA no puedes estar dos días lamentando que jugaste mal, porque en menos de 24 horas tienes otro juego. Es un entorno muy cruel, hay 18 jugadores, si estás mal, van a poner a otro. La cuestión de la NBA no es solo llegar, sino mantenerse, porque sino hay otro joven que ocupará tu lugar. La gente no tiene idea de lo duro que es, y las cosas que se tienen que hacer para estar al nivel. Una carrera como la de Manu es para poner en un cuadro y que jamás se olviden de él. Jugar 20 años en la NBA es algo colosal, tenemos que dar mucha atención a eso. Los que estuvieron representando a Latinoamérica entraron a una competencia norteamericana y tenían que demostrar que podían estar todos los días de su carrera.
Lo más dificil y lo más importante que hice fue dejar el ego a un lado, yo no venía de ser el mejor interno de Europa, de ganar la Liga ACB, de ser el MVP de las finales… El ego le dice a uno que iba a hacer lo mismo que allá, que me den la pelota en el poste bajo y hacer lo mío, así pensaba, y cuando llegas lo primero que te dicen es que no vas a tener pelotas, que tu trabajo era hacer bloqueos y pasar el balón. No es fácil para alguien. Los que no seguían esa ruta, no podían continuar. Uno tiene que ser parte de un sistema que funciona, con jugadores estrellas, como el trio más victorioso de la historia. Uno tiene que adaptarse a la tarea que le dan para ganarse un lugar en la NBA, y yo me adapté a eso, el mérito es, en equipo campeones, tienes que dejar tu ego de lado y hacer lo que el entrenador te indica.
Cada persona es distinta, a nuestros jugadores tenemos que pasarles enseñanzas todos los días, no es fácil. Muchos han ido a los Spurs para entrar en ese clima colectivo, hasta el mismo Tim Duncan. A el no le importaba meter 20 puntos en lugar de 30, también dejaba el ego de un lado. Él quería ganar y ser campeón. Uno tiene que elegir, estar en un equipo campeón, o meter 30 puntos todos los días. Siempre hay algo que dejar de lado para estar en un campeón.
Trabajar con grandes estrellas es increíble, tienen un estilo de juego impresionante, una gran calidad, todavía no fuimos campeones, lo mas difícil es encajar las personalidades para ganar partidos. Para mi es una experiencia inexplicable, aprendo mucho con lo que hago, con mi rol. Me van a servir estos años para mi futuro, aprendo a hablar adelante de estrellas y adelante de un grupo, es intimidante. Si no estás seguro de lo que dices, van a confrontarte, estoy disfrutando mucho y aprendiendo día a día.
Creo que Golden State está jugando un básquet muy lindo, igual que Phoenix, quien tiene a Chris Paul tiene siempre muy lindo juego, hay equipos jugando muy bien. El covid está haciendo la competencia un poco rara, hay jugadores que vienen y van. El equipo que mejor pueda driblear esas situaciones y pueda llegar a la post temporada de la mejor manera es el que se va a terminar llevando el título.
Steve Nash es un genio, es lo mismo que hacía en el campo, mira todos los ángulos. Es un tipo listo, en su época en los Suns era el líder, un entrenador más en la cancha. Ahora hace lo mismo, conoce el baloncesto moderno, es un tipo que gestiona y que sabe lo que tenemos que hacer para jugar bien y ganar.
De corazón respeto la decisión de Irving, tienes que respetar, cada uno ve el mundo de forma distinta, es un jugadorazo un tipo que siempre me trató bien. Son decisiones que uno toma y que hay que entender que tienen consecuencias.
Manu, para mi, es el mejor sudamericano de la historia, es un crack, buena gente, es muy difícil no hablar bien de mano por lo que hace dentro y fuera de la cancha, es como un hermano mayor para mi. Tengo mucho cariño por él. Scola sería mi otro hermano. Luis Scola fue el tipo al que le robe todo lo que se, si sé algo de baloncesto es porque lo vi e intenté hacerlo igual, porque vi su ética de trabajo, es mi modelo a seguir, si quería ser alguien, tenía que hacer lo que hacía Luis. No llegué ni cerca a tener el talento que tenía él, pero lo intenté y estuve ahí.