En la tarde del miércoles, el Zaragoza de Sergio Hernández superó al Movistar Estudiantes, que tuvo la vuelta de J.J Barea al equipo de Madrid. Después de un inicio complicado, hoy el equipo rojo continúa escalando posiciones y adaptándose a la idea del argentino, que parece haber encontrado el rumbo (ganó siete de sus últimos ocho partidos). Por eso, en 3×3 Radio hablamos con el Director Técnico para hablar sobre su presente en España, cómo vive la adaptación al país y a la sociedad. Además, su visión de Facundo Campazzo en la NBA y del presente de los jugadores que integraron la Selección Argentina en el mundial de China 2019.
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«Ellos (Movistar Estudiantes) estuvieron un mes sin jugar por el covid, tuvieron varias ausencias, tenían el debut de Barea, que siempre es algo difícil. Nos hicieron un buen planteo, no nos dejaron correr, en los últimos diez partidos el que había podido hacer eso fue Baskonia, un equipo que está acostumbrado a hacerlo en Euroliga. Generalmente ganábamos el ritmo de juego y en este caso fue al revés, llevaron el ritmo, tuvimos un buen tercer cuarto, llevamos el partido a donde queríamos, pero tuvimos un mal cierre de partido, que casi nos complica. No fue un buen partido nuestro. Ganar de visitante sin jugar bien es un plus, era un rival directo, que tenía cinco victorias, con un montón de partidos postergados, de haber perdido ayer, hubiéramos quedado muy cerca.
Hoy la realidad en resultados es diferente, éramos un equipo que miraba el precipicio, viendo como salíamos de ahí, ahora la cosa ha cambiado, a los rivales directos le sacamos algunas victorias de diferencia, hemos mejorado mucho. Baskonia nos ganó sin contemplación, pero el balance es bueno, además ganamos tres juego de Champions, ganamos siete de los últimos ocho partidos, es algo difícil de hacer si no jugás bien.
Tenemos que seguir luchando salir de la zona en la que estamos, seguimos tratando de jugar sin el miedo a perder, al fracaso, ese miedo te lleva directo al fracaso, pero es muy fácil decirlo y muy dificil hacerlo, cuando hay presión y urgencias, el miedo aparece, hay que aceptarlo, hacerse amigo del miedo y usarlo para tener más energía. Cuando pasan los partidos y no salís de la zona de abajo en una liga que hay descensos, es complicado. Uno siempre pone al miedo como algo negativo, un enemigo letal, y a veces es el miedo lo que te hace dar más, poner más energía, estar más concentrado, pero hay momentos en los que tenés que jugar con ilusión. Ahora estamos en ese momento, en el que buscamos jugar con más ilusión que con miedo.
A nivel FIBA, la mejor competencia es la liga ACB y ser un privilegiado de estar en la liga es maravilloso. A mi no me genera más presión dirigir un equipo de Liga Endesa a uno de TNA o Liga Nacional. Lo más difícil es la adaptación de vida, es una liga que te exige un nivel de experiencia muy grande, del mas alto nivel competitivo, con un nivel de intelectualidad basquetbolística de los jugadores y entrenadores muy altos, que están acostumbrados a la alta competencia. Se supone que después de tantos años tengo esa experiencia y esos conocimientos, pero no es lo más difícil. Lo más complicado para los latinos, que somos muy de casa, nos la damos de mundo, pero trotamos y volvemos rápido al asado y al dulce de leche. El desarraigo inicial es fuerte, es algo que tengo claro, pero lo tenía claro antes de venir. Entiendo que extrañar es normal, hay que dejar pasar el tiempo, y me cuesta más eso que la adaptación a la liga, el proceso social es más complicado que el deportivo.
Lo que extrañas son tus amigos, y tus costumbres. Esta es la tercera vez que me voy del país, no soy de los que tienen mucha experiencia afuera y por eso me cuesta sociabilizar rápido, además que estamos con un toque de queda, que no se puede salir demasiado. A esta edad la salida a cenar es LA salida, y acá no se puede, están obligados a cerrar. Acá estoy solo, no estoy con mi pareja, con mis hijos, estoy solo. A todos al principio le pasa, y hay que decirlo. Acá me ayuda que todos me tratan super bien, desde el presidente, los asistentes, los jugadores, me hacen las cosas muy llevaderas, con mucho respeto, mucho afecto, pero al final extrañas tu país.
En principio esto que voy confesando sobre la etapa de adaptación social, no me afecta para nada en lo laboral. Me conecto. La verdad que es un equipo que entrena muchísimo, les gusta entrenar, toman con ilusión la propuesta de este básquet dinámico que intentamos jugar, esta búsqueda de la excelencia, está caro que en el deporte profesional uno quiere ganar, pero no hay caminos especiales que no sean jugar mejor. Cuando querés ganar, tenés que tener paciencia, y focalizarte en vos mismo, y buscar la excelencia, eso te va a llevar a los resultados, el equipo está ilusionado, ve que se gana con una identidad, y por eso están felices. Era un momento complicado, perdíamos partidos complicados, esos dos partidos nos ponían en un quinto o sexto lugar, y nos angustiaba mucho, y el juego no fluye. Había tanta urgencia por ganar que la búsqueda de la excelencia era una idea romántica. Logramos salir, y ahora disfrutamos el día a día, vemos como se va transformando en algo mejor y eso nos da un autoestima dentro de la cancha. A veces no funciona, pero tratamos de sacar un aprendizaje. Estamos con ocho victorias cuando en diciembre nos decían que en enero y febrero son claves, bueno, ganamos el 80% de los partidos. Pero ahora dicen que marzo… y así seguimos. Trato de vivir el día a día, y no tratar de proyectar. Ahí viene un parate de 20 días.
El vestuario es siempre un momento duro, no soy de hablar post partido ni en la victoria ni en la derrota, pero tiene un efecto importante, por eso el tacto y el leguaje corporal es importante. Se supone que después de tanto tiempo estoy entrenando, si te quedó un litro de combustible en el cuerpo se lo das a los jugadores. Estás enojado, sentís que el equipo necesita un poco de rigor, otros días un poco de afecto y poner el hombro. El post partido es el pre partido del próximo, así que es importante que salga de ese vestuario listo para ganar al próximo juego. La valoración en sí misma está sobrevalorada, lo importante es tomar el aprendizaje para el próximo entrenamiento, si no le das al jugador las herramientas, esa motivación es falsa, no sirve para nada.
En un primer momento no nos entendíamos con el equipo, les gustaba jugar parado, decían que les gustaba correr, pero no corrían, tenían una letra que no iba con la música. En un momento nos enganchamos, no tenemos mucho jugadores con balón en el piso, necesitamos jugar usando bien el balón y las cortinas. Necesitamos ser muy detallistas, llegar con los grandes corriendo, pasamos a tener grandes protagonistas como Hilanson. No sé si me sorprendió, pero llegamos a un volumen de juego con una identidad mucho antes de lo que había pensado, creía que nos iba a tomar mucho más tiempo.
Viví el sorteo en directo, y veo que todos hablan de un grupo difícil, y cuál es el grupo que no lo es. Si nos hubiera tocado Estados Unidos, Francia, Australia, el clasificado de Serbia. Las zonas son tremendas. Lo mismo está diciendo Japón, por ahí España no tanto por tener un gran presente y ser el último campeón mundial, es raro que se caiga. A España también lo complica Lituania o Eslovenia. Todo es muy complejo y hay que jugar contra todos. Japón va a ser local, y Julio le ha dado una impronta al equipo, con mucho orden, como le gusta a Julio, va a ser un equipo complicado para jugar; pero Argentina también es complicado para jugar, no por nada no llegó a la final del mundo, ahí no llegás de casualidad. Ni sos campeón panamericano de casualidad, ni clasificás con el 90% de los partidos de casualidad. Hay que ilusionarse, y pensar que estamos en un juego Olímpico sin estar en un repechaje, que es algo muy dificil. Eso es para festejar, después veremos qué pasa en el juego Olímpico.
Si hay una chance de que no nos vaya bien en un Juego Olímpico, es porque estamos en un Juego Olímpico. Hay que sentirse orgulloso de eso. Tenemos un grupo empático, comprometido, a festejar eso, y cuando llegue el momento a enfrentar a cada rival con la alegría y la seriedad de siempre.
Veo que Facu está bien, los ansiosos somos nosotros. El es un jugador que está dentro de la rotación, queremos que juegue más, que el equipo dependa de él, que pueda tener la posibilidad de jugar pick and roll, y no va a pasar, porque su rol en el equipo es otro. Estamos acostumbrados a ver a un Facundo protagonista en la selección y el Madrid que lo tenían como líder, como punta de lanza y teníamos la necesidad de verlo así, y no pasa, y él mismo te lo dice. Yo prefiero esto, que pruebe de a poco, que vaya viendo, sin tener la presión. Si jugara 20 minutos sería porque de él depende el futuro del equipo, y todo nuevo proceso necesita un tiempo de adaptación. A la larga, él va a ser importante en el equipo. Ahora, si llamamos importante a que sea la estrella del equipo, ponemos las expectativas en un lugar que no corresponde.
Salvo Pato, todos los que jugaron en el mundial todos están jugando. A los de acá los veo siempre, de Facu hablamos recién. Marcos y Luis están sumando muchos minutos en Italia. Estoy contento con el presente de nuestros jugadores. Laprovittola suma un nuevo año más en Euroliga a su bagaje, yo aprendí que los torneos con la selección tiene más que ver con Euroliga que con la NBA y tenemos varios que la juegan o la han jugado. Bolmaro está sumando minutos, con algunos partidos de titular, está sumando responsabilidad. Siguiendo la actualidad como lo hice siempre, antes de la selección, durante, cuando estaba Julio Lamas. Atento a eso y contento de que todos estén teniendo un buen protagonismo.»