David Robinson, el almirante dentro y fuera de la cancha

Desde su llegada a la liga norteamericana demostró su capacidad para dominar en la pintura y, con el correr de los años, edificó una carrera intachable, llena de premios individuales y los dos primeros anillos para los Spurs.

(Foto: NBA)

A la hora de pensar la historia de los San Antonio Spurs, es imposible dejar afuera a David Robinson, uno de los responsables de las primeras consagraciones de la franquicia en la NBA, uno de los mejores pívots de todos los tiempos que tuvo una trayectoria ejemplar y, por si fuera poco, un jugador que tuvo que terminar su carrera militar para poder debutar en la liga norteamericana.

Robinson nació el 6 de agosto de 1965 en Cayo Hueso, Florida, y desde chico, por su físico, demostraba buenas condiciones para el deporte, aunque también era un destacado estudiante. Una vez terminado su paso por Osbourn Park High School, fue a la academia naval de los Estado Unidos, donde estudió para licenciado en matemáticas además de egresar con el puesto de Almirante, el apodo que lo acompañaría por el resto de su vida, aunque ese no fue su rango final.

Cuando entró a la academia lo hizo con 2,01 metros de altura, a tan solo dos centímetros del límite debido a que las tareas de entrenamiento que debía realizar no las iba a poder hacer cómodo, siendo un hombre alto. Sin embargo, siguió elevándose hasta los 2,16 metros en los años posteriores, pero ya nada podía hacer.

Pese a que el básquet no estaba en sus planes, en el segundo año lideró al equipo al torneo de la NCAA, en el que cayeron en las finales de la región Este a manos de Duke, llegando a una instancia en la que hacía 25 años no estaban. También fue el líder del equipo en rebotes y tapones, elevándose en las consideraciones de los equipos de la liga como uno de los mejores prospectos de cara al draft de 1987.

Finalmente le llegó el turno de ser elegido y, pese a que cuando inició no tenía en su mente ser un jugador profesional, lo draftearon los Spurs con el primer puesto de la ceremonia. Sin embargo, tenía una particularidad su elección y era que no iba a poder debutar en la NBA hasta dos años más tarde, debido a que primero tenía que terminar su carrera naval, de la cual egresó con el título en Oficial de Ingeniería Naval en la base de Kings Bay, Georgia, y lo hizo alcanzando el rango de Teniente.

Si bien en 1988 todavía no podía jugar con la franquicia de San Antonio, fue seleccionado para formar parte del equipo estadounidense que viajó a Seúl para disputar los Juegos Olímpicos. Fiel a su nacionalismo inculcado desde chico, eligió aceptar el llamado y puso rumbo a la ciudad coreana. Increíblemente, el Team USA cayó en semifinales con la Unión Soviética y, al final del encuentro, declaró que habían perdido con “el enemigo”, otra muestra de que era un soldado dentro y fuera de la cancha. Finalmente obtuvieron la medalla de bronce, pero tendría revancha cuatro años más tarde con el Dream Team en Barcelona 1992.

Una vez finalizada su carrera naval, se mudó a San Antonio, Texas, para iniciar su trayectoria profesional, convirtiéndose así en el único jugador salido de la marina que participó de la NBA. En su temporada debut con los Spurs, la 89/90, tal fue su dominio que se consagró como Rookie del Año, jugando todos los partidos de temporada regular.

Continuando con las distinciones individuales, en el cierre de la temporada 91/92 fue reconocido como el Defensive Player of the Year (DPOY, mejor defensor) y tres años más tarde se quedó con el MVP. En ese curso, el 94/95, promedió 27,6 puntos, 10,8 rebotes y 3,2 tapas por encuentro, pero increíblemente no lideró a la liga en ninguno de los tres apartados.

Además de una gran lista de premios personales, entre los que se encuentran 10 presencias en All-Star Games, 10 All-NBA Teams y 8 All-Defensive Teams, tiene uno de los hitos más difíciles de alcanzar en este deporte: el cuádruple-doble. El 17 de febrero de 1994, en un juego ante los Detroit Pistons, alcanzó los 34 puntos, 10 rebotes, 10 asistencias y 10 tapas para anotarse como el último jugador en la historia de la NBA en aportar dobles figuras en cuatro apartados estadísticos en un mismo juego.

Finalmente, con la llegada de Tim Duncan tras el draft de 1998 conformaron una dupla impenetrable que era apodada “Twin Towers” y le llegó el turno a los Spurs de iniciar los años más gloriosos de su historia, cuando ganaron el primer título de la NBA. Posteriormente, tras el three-peat de los Lakers entre el 2000 y el 2002, los texanos volvieron a levantar el Larry O’Brien en la temporada 02/03, pero ya con un equipo con más figuras del calibre de los jóvenes Tony Parker y Manu Ginobili, más los experimentados Steve Kerr y Buce Bowen.

Su último partido fue precisamente el sexto de esas finales, derrotando 4-2 a los Nets, una gran manera de despedir una de las carreras más dominantes de todos los tiempos. Unos meses después, el 10 de noviembre de 2003 la franquicia retiró el número 50 del “Almirante”, siendo el cuarto Spur en recibir ese honor detrás de James Silas, George Gervin y Johnny Moore. Además, fue inducido a los salones de la fama de la NBA (en 2009 como jugador y en 2010 cuando sumaron al Dream Team de 1992) y FIBA (2008 de manera individual y 2009 con el Team USA que se consagró en Barcelona ’92).

Dos años antes de su retiro, sabiendo que su aporte extra deportivo podría perdurar en el tiempo, decidió crear y financiar la Carver Academy en San Antonio. Posteriormente, en 2012 la institución pasó a ser de carácter público para que los niños y niñas de la ciudad pudieran acceder a educación de calidad, con Robinson participando de manera activa en el día a día de su escuela.

Además de eso, ya retirado alcanzó un Master en Administración de empresas con el propósito de “entender cómo funcionan los negocios y cómo hacer para llevarlos adelante”. Y por si fuera poco, anualmente dona el 10% de sus ingresos a proyectos de caridad, algo que impulsó a la NBA a crear el premio Community Assist Award y entregarlo a los jugadores que durante la temporada hicieron más por los que menos tienen.

En la actualidad, David Robinson es uno de los jugadores más comprometidos con el desarrollo de los más chicos en San Antonio. Si bien no está tan ligado con la franquicia con la que obtuvo dos anillos y pasó toda su carrera, es frecuente verlo en el estadio cuando hay eventos especiales, como por ejemplo cuando fue retirado el dorsal 21 de Tim Duncan en diciembre de 2016.

A lo largo de su historia, la franquicia de San Antonio se convirtió en una de las más reconocidas como un lugar para desarrollar toda la carrera profesional de un jugador y el caso de Robinson es uno de los que mejor lo demuestran. Pese a que el básquet no estaba en sus planes desde pequeño, llegó al equipo y nunca más se fue, convirtiéndose en uno de los mayores contribuyentes al equipo y a la comunidad texana desde que llegó. Una manera más de devolver todo lo que recibió y de demostrar lo que aprendió en su juventud.

Nota: Emiliano Iriondo | Twitter: @emi_iriondo

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