Minutos después de hacer oficial su salida del Real Madrid, en 3×3 Radio hablamos con Facundo Campazzo, nuevo jugador de Denver Nuggets en la NBA. El Argentino habló de cómo vivió estas últimas semanas, la decisión de ir a la mejor liga del mundo, y la ansiedad reinante en su vida. Además, explicó sus expectativas en el equipo, por qué fue Denver el gran elegido.
Una linda charla, que tuvo como protagonista principal a una sonrisa de oreja a oreja que era bastante complicada de disimular:
«Es un placer estar acá, hace mucho que no hablábamos, hacía mucho que no hacía una entrevista, así que si digo una pavada me lo dicen, y no la saquen de contexto.
Estoy bien, estoy ansioso, nervioso, es una mezcla de emociones que en cualquier momento explota, pero bien, disfrutando mucho todo esto, estamos con el tema de mudanza con Consu y mi hija, que no se entera de nada, nos vamos mañana a la mañana y tratando de disfrutar la aventura que se viene.
No quería y no me permitía estar feliz y disfrutarlo al máximo hasta que no sea oficial mi salida del Madrid o mi llegada a Denver. No quería festejar nada. No quería que se pinche nada, me concentré en le día a día, pero no era fácil, tenía la cabeza a mil, jugar con el Madrid, conseguir victorias con mis compañeros, ayudar al equipo y a la vez veía paralelamente que se acercaba la chance de ir a la NBA, era una mezcla de sensaciones que se manifestaban en la noche y no dormía, prácticamente. Me costaba dormir, y tenía la cabeza dando vueltas, pobre Consu me aguantó muy bien y me tuvo paciencia. A la vez traté de disfrutarlo a mi manera, pasar tiempo con mi familia, hablar con mi vieja, mi hermano, mis amigos, estar con mis compañeros. Si iban a ser los últimos meses quería estar con ellos. Lo viví bien, pero con mucha ansiedad.
Gracias a dios tuve mucha gente cercana y de confianza aconsejandome de la mejor manera, mi mujer, mi familia, Germancito, Claudio Villanueva, David carro, no quiero nombrar uno por uno porque estuve bien acompañado. Estar con mi mujer y mi hija fue mi cable a tierra, aislarme de lo que pasaba afuera me ayudaba mucho. Y también disfrutar el jugar, me aíslo de las situaciones, estar con mis compañeros y disfrutar de los últimos partidos fue una manera de ayudarme y tocar tierra.
Previo a Manresa, fue raro. Estaba ansioso, después tenía miedo de golpearme, pero quería tener la misma dinámica y la misma mentalidad, si juego vamos a entregar el 100%, que sea lo que tenga que ser. Tenía ansiedad y nervios. Al entrar en el partido no sabía si iba a jugar mucho o poco, hablando con el asistente le dije que si jugaba, iba a ser a morir, vamos al 100% y él me tranquilizó, me dijo que Pablo me iba a usar, y eso me tranquilizó y el partido no lo sufrí mucho y apenas salí del juego no me daba cuenta que era el último, estaba con la adrenalina a full, los jugadores me recibieron con la dirigencia, los saludaba, pero era raro, tenía mucha inconsciencia. Ahora pensandolo en frio, valoro mucho el trabajo de mis compañeros. Son amigos, son parte de mi vida. Fueron dos meses que no fueron fáciles y ellos lo manejaron muy bien.
No me esperaba tanto, es una muestra de tanto cariño, de tanto amor, de bancarme tantos años y de aguantarme. Se hacía esperar el sueño de llegar a la NBA y ver a la gente, que no me conocía o que nunca me enfrentó, enviar esa cantidad de mensajes, me emocionaba. Ver los videos de los primeros años de Peñarol, que era un pibe, un gordito a ahora, no fue tanto, pero lo viví como si fuera ayer, me emocionaba mucho. Y ver a mi familia emocionada, se me caían los pantalones.
Fue la que más me sedujo, antes jugaba con una persona que hoy es scouter de Denver y estuvo en contacto conmigo y mostró interés y me ayudó mucho para que esté ahí. También hablé con Pablo (Prigioni) y él me ayudaba mucho, el quería que vaya, daba igual el equipo. Denver es una franquicia que confió en mí, que tiene jugadores de mucha calidad y que siguiendo la temporada pasada, es un equipo de Playoffs y eso me seducía mucho. Tengo muchas ganas de estar ahí y ya empezar a jugar con ellos.
Con el entrenador hablé, con la gente que rodea al staff del cuerpo técnico, pero fue mas que nada para presentarse, contarme lo que hacían, su tarea dentro del equipo, pero no entramos en detalles de cuál es mi rol dentro del equipo, así que tengo una ansiedad tremenda, prácticamente es volver a empezar, una liga nueva, un equipo nuevo, me recontra ilusiona y tengo muchas ganas de medirme con ellos.
Espero poder estar preparado, quiero seguir mejorando, quiero seguir subiendo mi techo, no me quiero conformar solo con haber llegado, trabajé mucho estos años en lo físico, en el juego para poder llegar de la mejor manera, llegar preparado. Vamos a ver cuando llegue, creo que mi esencia y mi manera de jugar debo mantenerla, voy a tener que evolucionar como jugador, es otra liga, otra manera de jugar, tengo que seguir mejorando cosas y estoy seguro que me chocaré con la pared y bienvenido sea, estoy dispuesto a equivocarme y a aprender sobre la marcha y disfrutar ese proceso día a día. Estoy preparado, estoy viviendo día a día, trabajé mucho para esto, y disfruto del camino.
Yo creo que eso es más de ustedes, es como que no caigo, posta. Sigue siendo todo un sueño y ya con el tema de la mudanza, los papeles, de todo, eso ocupa casi el 100% del tiempo. Vamos a ver cuando baje del avión las cosas que cruzan por mi cabeza, ahi es cuando voy a estar más relajado y pensando que hice todo lo que tenía que hacer y disfrutando la llegada. Lo que tengo ganas es de estar ahí, de conocer a mis compañeros, de entrenar, de que empiecen los partidos, aportar mi granito de arena para seguir creciendo en esa franquicia.
Siempre hay tiempo de pensar en la Selección, sigo mucho lo que pasa en las redes, los sigo, sé que juegan mañana, lo que se viene es muy importante. Culpa de todo este virus vivimos en una incertidumbre constante, pero a la vez te ilusiona mucho lo que viene con Tokio. Tengo ganas de ver mañana a la selección, no sé si llegaré con los vuelos, pero con ganas de ver a mis compañeros. Estar en la selección te motiva a jugar bien cada año y verlos nuevamente.
La verdad que los voy a extrañar muchísimo a los dos y a sus familias, extrañar las rondas de mate, la química dentro de la cancha, es algo que se va a extrañar mucho, que es lo que más se va a extrañar porque es lo que se hace en el día a día. Cada vez que cantábamos «Fantástico» era cuando ganábamos un título, y por suerte lo cantamos mucho. Lo hablaba en otra entrevista, y la verdad que el vestuario es lo que más se extraña, el día a día con mis compañeros, la charla con los utileros, los fisio. El grupo humano es hermoso, eso es lo que más voy a extrañar.
Ojalá que en unos años haya más argentinos en la NBA, no voy a decir nombres, no me voy a arriesgar tanto. Ya de por si la elección de Lea Bolmaro, a pesar que se quede, es algo increíble e histórico, ojalá dentro de un futuro cercano se puedan ver más jugadores ahí. Es lindo enfrentarse a amigos. Hay material, hay muy buenos jugadores que la están rompiendo toda en Europa.
Ya queda poquito y estoy super manija. Lo tomo con tranquilidad, gracias por tanto aguante siempre, no solo a mi, sino a todos los que estamos acá. Vamos a intentar pasarla bien y disfrutar todos estos años.
Qué le diría al pequeño Facundito del Municipal, que disfrute, que sea feliz, que disfrute más que nada, que disfrute de sus amigos, que son de fierro, y que viva el proceso de la mejor manera, que no importa la cantidad de veces que te digan que no podés jugar o que te podés caer, o que no lo podés hacer, que siempre que lo disfrutes y trabajes para eso, cualquier cosa puede pasar. Que sea feliz haciendo lo que hace, como me dijo mi madre, y que si le va mal, que tiene tiempo de aprender de los errores y seguir haciendo su camino.»