En el último programa de Expedición Albiceleste, Federico Toral e Ison Patoco hablaron con Agustín Cáffaro, una de las figuras en el Metro Uruguayo, donde Urupán está dando la sorpresa y es uno de los mejores equipos de la competencia. En la última semana, el jugador de San Lorenzo de Almagro disputó dos encuentros, donde sumó una victoria ante Sayago 81 a 75, con 26 puntos y 9 rebotes y una derrota contra Sayago con un ajustado 79 a 76, donde sumó 10 puntos y 5 rebotes.
Actualmente Urupán está en lo alto de la tabla de posiciones (2°), con siete partidos disputados, y un récord favorable de seis triunfos y una caída. Agustín nos contó sobre la experiencia de disputar este torneo, como vivió los meses previos y el seguimiento de lo que puede llegar a pasar en nuestra Liga Nacional.
Escuchá la charla completa:
«La verdad que cuando llegamos despues de el aislamiento, salimos un poco a recorrer y vimos la realidad que hay acá y veníamos con una idea de barbijos, aislamiento, mucho alcohol, pero es una realidad a lo que era la normalidad pre pandemia en Argentina. Fueron seis meses en casa, entrenando, aislado, sin competencia, uno se empieza a ir con la pandemia, y volver a la normalidad es muy bueno.
Fue duro. Lo del Metro lo supe 15 días antes de que salga, empezaron a surgir las posibilidades y hasta ese momento no había pensado en salir de la Argentina por el contrato con San Lorenzo. Esperaba jugar los playoffs, después se canceló la liga, se habló del año que viene, y surge la posibilidad por un contacto de Esteban Batista que me dijo que me querían acá, le pedí a mi agente que averigue y ahí fue surgiendo todo. Hablé con San Lorenzo por el tema de los permisos, pero los primeros meses fueron durísimos. Traté de mantenerme en estado físico, puse un aro en casa, pude salir a correr, porque estaba en el interior en el campo. Un poco así me fui manteniendo, pero el día a día se hizo muy duro.
En un principio me habían dicho que era una liga dura, similar a nuestros ascensos, Liga Argentina o Torneo Federal, son torneos que tuve la suerte de participar, y lo conocía. En mi ansiedad y las ganas de jugar creía que me iba a hacer bien, iba a poder seguir entrenando. En este contexto en Piamonte debería estar encerrado, sin cancha ni la posibilidad de ir a entrenar. Acá tengo la posibilidad de ir a una cancha, entrenar lo basquetbolistico, volver al cinco contra cinco. Primero estaba muy contento de poder entrenar solamente, y ahora veo que se dio una liga mucho mas competitiva de lo que se había dicho, ayudado por el contexto de la pandemia, que le permitió a los argentinos venir acá, a muchos extranjeros que pasaron por la liga, jugadores que bajaron desde primera división. Lógicamente los planteles no son largos como los vemos en Argentina, pero hay algunos de 6 o 7 jugadores, el nuestro de 8 para esta liga es largo, tenemos unos pibes que nos dan una mano muy grande en los entrenamientos, y bueno, la verdad que estoy contento con todo, con el laburo de fuera del club, trabajando fundamentos, agradecido por todo. Poder estar dos horas en una cancha es mucho mejor a lo que podía hacer en Argentina.
Fue cambiando el tema de los favoritos. El equipo de Martín Leiva era uno de los candidatos, pero arrancó con lesionados, hubo cambio de entrenador en el medio y demás hacen que hoy esté en mitad de tabla. Damián Tintorelli le dio la posibilidad a Olivol a estar en el primer lugar y no estaba en los planes de los candidatos. Fichar jugadores distintos a los últimos años ha hecho que sea un torneo cambiante, por suerte somos uno de los equipos que sorprendió, pero cuando empezamos a jugar los amistosos y a entrenar la verdad que sentí que podíamos estar arriba, lo dije en algunos lugares, pero estamos demostrando lo que se había visto. Al ser un equipo jóven con un par de experimentados nos da la posibilidad de correr la cancha, de tener una buena intensidad que nos destaca sobre otros equipos, y siguiendo en esa línea, ganando unos partidos más quedamos entre los primeros cuatro, que clasifican directamente a cuartos de final, y nos da un suspiro porque jugamos entre tres y dos partidos por semana, vamos a poder tener un descanso para entrar con toda en playoffs.
Con respecto a la química del equipo, fue lo que sentí al principio de los entrenamientos. Tenemos jugadores con experiencia de Selección y de primera, tiene 42 años y corre a la par nuestra, el resto somos menores de 28, y eso hace que sea más fácil crear la química. El hecho de ser argentino y venir a Uruguay y compartir las costumbres no hace difícil la adaptación. Hemos creado un buen grupo, el hecho de poder juntarse a comer cada tanto, hace que el grupo sea más fuerte, son cosas que suman y que está bueno que se vea en la cancha.
Estoy siguiendo un poco de todo lo que pasa en Argentina, obviamente estoy en contacto con compañeros y amigos, también por redes sociales leía que surgen lugares para hacer la burbuja, la verdad que trato de no hacerme mucho la cabeza, porque es todo muy incierto. Ojalá que pronto haya novedades y se defina, entiendo que va a venir más por una cuestión gubernamental que baje una línea que disponga qué lugar es mejor, y que se buscará la forma de albergar a los jugadores y hacer el mejor trabajo posible. No es fácil armar una burbuja, creo que lo que hizo la nba es surrealista, de poder sacar el virus de la burbuja, hay que controlar demasiado, no es solo decidir meterlos en un hotel, porque tenemos muchas personas además de los profesionales del deporte. Lo escuchaba a Nico Lauria hablar del tema y no es fácil. Vamos a ver como se arma, después de seis meses de aislamiento no es fácil ir a meterse en una burbuja dos meses más, pero son las reglas del juego, por eso quiero que se resuelva todo. Si bien algunos jugadores pueden entrenar, no tienen permitido un cinco contra cinco, y sería bueno ver un poco de luz y que todo se vaya encaminando.»