Santiago Vaulet pasó por los micrófonos de Paso Cero, en UcU Web Radio, y habló de todo: su actualidad, La Liga, su carrera, la selección y su vida personal. El escolta cordobés, actual jugador de Peñarol de Mar del Plata, está pasando la pandemia en su ciudad natal con su papá, su hermana y su novia.
Reviví la entrevista completa
SU ACTUALIDAD EN CUARENTENA Y SU FAMILIA
A veces ansioso, a veces pasan rápido los días, y a veces no se pasan más. Pero estoy disfrutando con la familia, porque nunca vamos a estar , 7 meses juntos, así que aprovechando eso y entrenando.
Cuando apenas suspendió la Liga en marzo, nos juntábamos 3, 4 veces por semana a entrenar para que no se pierda, porque todavía no sabíamos qué iba a pasar, pero cuando se suspendió no seguimos. Tengo un aro en casa, un patio chico y con unas pesas que compré entreno. Quiero entrenar, quiero ir a la cancha, por ahora estoy con un preparador físico entrenando.
Mi hermano está con mi vieja en España. Lo había ido a visitar pero no pudo volverse. Juan Pablo estuvo un mes y medio encerrado en la casa, así que menos mal que estaba mi mamá. Ella saca pasajes y se los cancelan, es imposible, pero por suerte estamos bien.
Nunca nos ponemos a pensar que estamos los tres hermanos compitiendo en alto rendimiento. Capaz de acá a diez años si digamos, che que bueno que los tres estamos haciendo algo que nos gusta y profesionalmente. Por suerte nos llevamos bien entre los tres. Con Juampi me empecé a llevar mcuho mejor cuando jugamos juntos en Bahía. Nos hicimos amigos, nos hablamos, nos contamos cosas, todo.
Pero no fue siempre así: una vez incendiamos la cancha de padel de mi abuelo, lo hizo Juan Pablo y me echó la culpa a mí. Estaba jugando con un fósforo, encendió un sillón donde había telgopor. Prendió eso y se cayó toda la casa. Salimos corriendo, no dijimos nada, y después estaban los bomberos, la casa incendiada, todo. Andaban preguntando quién era y Juan Pablo decía que fui yo, aunque después se enteró todo el mundo que había sido él.
Creo que soy el más ‘terrible’ de los tres. Yo haría lo mismo que hizo él, con tal de salvarme a mí – entre risas-. Somos parecidos de personalidad entre los tres.
En esta cuarentena me puse un poco más a full con el estudio. Nunca leí, nunca me gustó y ahora me compro libros y los leo y me gusta. Me gustan las historias como una serie. Me ayuda a relajarme, a pasar el tiempo. La idea es seguir haciéndolo después de que pase todo esto.
Estoy estudiando para ser Contador. Voy de a poquito, aunque ahora aproveché porque tenía más tiempo, con la Siglo XXI a distancia. Siempre está bueno estudiar.
HINDÚ, BAHÍA, SU PROBLEMA DE SALUD, Y PEÑAROL
En Hindú me quedaron un montón de amigos para toda la vida. Fue la etapa donde pude dar el salto. Venía de Unión Eléctrica, donde jugaba, pero no le daba tanta importancia de querer mejorar, iba como un deporte de hobby. En Hindú me agarró Juan Pablo Caro que a mi hermano y a mí nos hizo entrenar muchísimo. Conseguimos muchos títulos, hicimos muchos viajes y de donde tengo amigos que es lo más importante.
El último año fue cuando Hindú jugó Federal, lo pude jugar, porque a mitad de temporada agarró Caro el cargo de entrenador, y me ponía 10, 15 minutos. Un miedo tenía al principio. Pero él me daba mucha confianza, de que no pasa nada y al otro día seguir entrenando. Lo que no alcancé a jugar en Hindú fue con mi hermano.
Bahía me permitió jugar la Liga, crecer muchísimo, agarrar muchísima experiencia, y es como todo, se empieza y en algún momento se termina esa etapa donde vos querés ver nuevas oportunidades, pero la verdad me ayudó mucho. Fue algo único porque jugué con mi hermano una liga profesional. Ojalá vuelva a suceder. Cuando estás en la cancha es un jugador más, pero estar con él, charlar con el, está muy bueno. Lo volvería a repetir el jugar con él. Sería otro sueño a cumplir.
Pepe me llamó, me dijo que me quería para ir para allá. Yo lo conocía de cuando habló con mi hermano, y las primeras veces estaba mudo. Era chico, me ponía nervioso. Es Pepe y te da esa cosita cuando te viene a hablar, te quedás callado, te empezás a trabar. Una vez me pasó que empecé a hablar y me trabé, y decía ‘andá a saber qué piensa este’.
Yo tenía que bajar la tensión y eso llevaba un proceso de unos meses. Lo único que quería era estar tranquilo, en casa, y después ir poniéndome en forma para jugar. Pero la verdad que la llevé bastante bien porque sabía que son cosas que pasan. Es como una lesión normal, pero de otro estilo, sabía que iba a volver a jugar. Es lo que hay, y ahora por suerte está todo bien, ya jugué una temporada y por suerte pasa todo muy rápido. Tuve mucho apoyo de mi familia y amigos, que siempre me bancaron a full. De esa parte, re agradecido. Obviamente te pasa que te levantás un día y te ponés mal porque ves al otro jugar o porque no estás jugando, convivís con eso, pero pasó.
Estoy contentísimo por haber jugado toda la temporada todos los partidos. Gabi (Piccato) me había dicho que iba a entrar desde afuera, que iba a tener protagonismo, que iba a ser un recambio, pero al principio no pensaba que iba a jugar tantos minutos. Me fui sintiendo bien, fui jugando y me sentí re bien. Y ahora que ojalá la temporada que viene podamos mejorar y hacer una buena temporada, cuando empiece.
Lo que más me gustó de llegar a Peñarol, que no me había pasado en mi corta carrera, era el entrar a una cancha y que esté la hinchada. Para un jugador es algo lindo, único. El ambiente que se vive es muy bueno. Se lleva mucho en la sangre, toda la gente que está ahí es Peñarol. Ha ganado tantos títulos, tiene tanta historia que vos te ponés lla camiseta y decís ‘Wow, estoy jugando en Peñarol’, un club muy grande. La ciudad también es muy linda y la gente es muy buena.
Tuvo un sabor diferente el amistoso con Quilmes de pretemporada. Yo le preguntaba a los chicos y me decían que nada que ver a como se juega en un partido formal. Fue mi primer partido con el club encima. Imaginate lo que debe ser.. Se llena. Peñarol, hay que ser realistas, es uno de los pocos equipos que tienen hinchada que los siguen, y Peñarol y Quilmes están ahí. Me hubiese gustado mucho jugar un clásico en La Liga. Con eso te sentís que estás jugando en un club muy grande, donde tenés que dar siempre el máximo. Para mi es algo muy lindo.
LA LIGA QUE SE VIENE
El éxodo era algo que iba a pasar, creo yo, por cómo venía el tema de la incertidumbre que hay acá. Los jugadores ven que otras ligas están con fechas de reinicio y con las pretemporadas, que es otra moneda, y se van a jugar y están allá más tranquilos y saben que juegan, contra la incertidumbre de acá. Yo me lo veía venir.
No me gusta hablar antes, es como que estamos desvalorizando a todos los jugadores. La Liga va a ser una Liga más, con jugadores que se fueron, pero tampoco decir que no haya jugadores que están para jugar. Hay muchos de Liga Argentina que son muy buenos y van a tener la motivación de hacerse su lugar en la Liga y después porqué no irse a otro lugar, pero eso se va a ver de acá a un año, cuando termine la Liga. Estamos suponiendo lo que va a ser una liga sin jugadores, pero no, va a haber nuevos jugadores, que van a salir a la luz, que son muy buenos. Para mi va a ser muy buena como fue siempre. Creo que van a aparecer muchos jugadores de quienes no se ha hablado o que están medio tapados, y que son muy bueno.
El hecho de tener una fecha permite cambiar la mentalidad, pero con calma, porque puede caerse en cualquier momento en esta situación. Sigo haciendo lo mío pensando que falta poquito para volver.
Si me llaman para jugar el 3×3, obvio que voy a jugar. Nunca tuve la oportunidad de jugarlo, así que obviamente me gustaría, me gusta la modalidad. Me ayudaría al uno contra uno, a los fundamentos.
UNA PARTICULAR ANÉCDOTA CON LA SELECCIÓN
En el mundial U19 de Egipto, en 2017, yo volvía a jugar después de una lesión en la rodilla. Y me dolía todo, porque hacía mucho no jugaba. Entonces le decía al kinesiólogo que me de pastillas que se puedan para aflojar el dolor. Un día después de un partido me sale para hacer el doping: estuve un partido completo para ir al baño, más que nada por los nervios, porque sabía que no pasaba nada. Y después me preguntaron qué pastillas había tomado los últimos siete días… Estuve una hora anotando todas las pastillas que estuve tomando. El doping, si nunca te avisan nada es porque salió bien.
Aparte ibas al baño y te miraban fijo. Pero te miran en serio. Yo no podía, no me salía nada. Me veían cara de que iba a hacer alguna otra cosa, no se. Aparte era un tipo gigante, y me amedrentaba más, pero no podía hacer nada. Tenía la ropa de juego nomás.
Los procesos de Selección han sido muy buenos, muy productivos, donde haces amigos. Vos haces lo mejor para el club y después te llaman para la Selección, entonces no tenés que demostrar nada, vas y hacés lo que sabés hacer. Es lo máximo, estás representando a todo tu país. Se te pone la piel de gallina con el himno, hay muchas emociones. Y después jugar es como si estuvieras jugando en el patio de tu casa. Yo lo pensaba así para cuando después entrar estaba con unos nervios tremendos. Pero es lo mismo de siempre: jugar al básquet, dejar todo como en los entrenamientos y en los partidos, lo que hiciste toda la vida.
Cuando jugaba o cuando estaba afuera estaba nervioso igual, pero creo que más desde afuera. Cuando jugás ya estás ahí, hacés la jugada y jugás. Afuera es como que estás rogando, o estás nervioso a ver qué va a pasar. Me pasaba mucho cuando no jugaba. Siempre lo veo jugar a mi hermano y a veces estoy más nervioso yo, de lo que pienso que está él. Así que viéndolo de afuera estoy más nervioso.
LO EXTRABASQUETBOLÍSTICO, PERO NO MENOS IMPORTANTE
“Me gusta escuchar música, pero no soy fan. Escucho antes de entrenar, o cuando voy en auto, o en el gimnasio”.
“Me gusta tomar mucho mate, pero no me gusta tanta ciencia para hacerlo. Yerba, agua, y listo”.
“Cocino, me gusta lo simple. No me gusta hacer cosas que llevan mucho tiempo. Me gusta un asado con ensalada, así nomás. Lo que más me gusta es el salmón con batata”.
Un tip para el salmón: “Yo lo hago a la parrilla, le hago la piel y por arriba le pongo una fuente y le pongo carbón, un poquito de oliva y pimienta negra. Bien tostado por fuera y jugoso por dentro, queda tremendo. Vos me das salmón y yo estoy contento”.
“Si tuviese una fiesta de disfraces me disfrazaría de un robot”.
“Si pudiera viajar en el tiempo, me gustaría estar en el mundial de Egipto 2019. Estuvo buenísimo, la pasé muy bien, me gustaría estar ahí devuelta”.
“Estuvimos en un hotel 6 estrellas, en El Cairo. Pero por fuera había mucha pobreza, y no hay señales de tránsito. Una cultura totalmente diferente. Al básquet creo que no le dan tanta importancia”.
Foto: Gentileza Demian Schleider / La liga