En el último programa de Extrapase, Javier Juarez, Ignacio Miranda e Ivana Verbanaz hablaron con Consuelo Fernández, entrenadora e integrante del proyecto de Básquet Adaptado y para Ciegos que se encuentra a cargo de la CABB. Ella contó de qué se trata este proyecto, quiénes fueron los impulsores y como se desarrolla.
También explicó cuál es el proceso de expansión que tendrá la actividad, que busca utilizar al básquet como una herramienta de inclusión para todas las personas con esta discapacidad. Reviví la charla completa:
«Walter Garrone, director del proyecto, es una eminencia, Ricardo Molinari lo invitó hace más de 10 años, le hizo la propuesta y al tiempo me sumó a mí y compartimos esta pasión que es el básquet para ciegos.
Las personas ciegas también pueden jugar aunque no es sólo para ciegos, sino también para aquellos con disminución visual. Todos juegan con antifaz y se guían a través del sonido que les indican los tableros, a partir de ese sonido identifican dónde están los aros y así se orientan para jugar al básquet, porque es eso lo que hacen, jugar al básquet aunque parezca difícil y casi imposible, es increíble lo que pueden hacer. Hacen todo como cualquier jugador de básquet, con la dificultad extra de no poder ver.«
-Proyecto de expansión.
«Este proyecto inicia con Ricardo Molinari en Santa Fe y se va difundiendo a través de campus, empezamos a convocar gente y ahora se juega en Neuquén, también tenemos una propuesta para ir a San Luis a abrir una escuela; yo tuve la experiencia de vivir en Chile y pude llevarlo ahí también.
La idea de esto es mostrarlo, que crezca, darlo a conocer y sumar a profesionales que quieran compartir esta pasión de inclusión y de generar una oportunidad de recreación y aprendizaje para las personas ciegas. De a poco vamos abriendo escuelas tratando de llevarlo a todos los lugares que podemos.»
-El básquet como herramienta de inclusión
«Con Walter siempre aprendemos de las experiencias que nos transmiten los jugadores, porque son realmente ellos los protagonistas, siempre nos dicen que además de darles la oportunidad de recreación que muchas veces no tienen, además les sirve para la vida cotidiana, es la posibilidad de sentirse más independiente porque todo lo que aprenden en la cancha les sirve para la vida diaria. A través de los sonidos empiezan a percibir mejor su cuerpo en el espacio y eso les da gran independencia, hemos notado muchos cambios y los mismos chicos nos lo transmiten, nos dicen que antes les costaba desplazarse en su casa, en la calle y hora que hacen deporte y especialmente básquet tienen mucho menos miedo a la hora de salir y se desenvuelven mejor, por eso creo que es una oportunidad excelente.
Siempre decimos que si conocen a alguien ciego se acerquen y se saquen ese miedo y principalmente la familia, que muchas veces tienen miedo y prefieren que no se muevan, pero justamente es al revés, cuando más nos movemos más aprendemos más nos conocemos nosotros y menos riesgo corremos de golpearnos o que nos pasen otras cosas.
Cualquiera que hace deporte sabe la satisfacción que esto te genera, y la emoción de ver a una persona ciega encestar por primera vez y esa felicidad y esos gestos no te los olvidas nunca más.»
-¿Cuánto les modifica la vida a los chicos?
«Creo que para ellos es gigante y para nosotros también, todas las personas que hacen esta experiencia se van diferente de como llegaron, una vez que vas a un campus o presencias una práctica decís ‘y yo me quejo de lo que me pasa, de que no puedo’. Ellos te enseñan todos los días de lo que es la superación de cualquier límite o barrera y te muestran que es posible si hay voluntad y ganas. La mayoría de los chicos que llegan tienen una motricidad muy básica, por eso de sus propios miedos y los de la familia, o hasta de los mismo profes de educación física que muchas veces para que no se golpeen no hacen actividad. Muchos chicos llegan y no saben qué es flexionar o lanzar porque no tuvieron esa experiencia y quizá son chicos de 10 o 15 años o adultos que su configuración corporal está en cero y una vez que empiezan con la práctica hacen un cambio rotundo. Hay chicos que han llegado sin saber trotar y hoy juegan en la escuela a la par de sus compañeros y pueden participar de la vida social que cualquier niño debería tener pero no habían tenido acceso. Todas estas experiencias tanto en el básquet para ciegos, como en el básquet adaptado, no solo para los protagonistas, sino también para los que estamos de este lado es un gran aprendizaje.»
-Edades para participar
«En el caso del básquet para ciegos no está apuntado a ninguna edad, tenemos prácticas con niños de 7 años hasta adultos que quieren jugar y se animan a probar, tenemos la particularidad de tener muchos guías que no necesariamente es gente discapacitada o relacionada al básquet sino que tienen ganas de ayudar y con ellos lo que hacemos es darles una actividad y por ahí trabajan con algún grupo puntualmente, y según la cantidad de gente que se nos presente y la capacidad física o de básquet particularmente, nos subdividimos para poder trabajar con todas las edades. Pero siempre estamos abiertos y nos encantaría recibir más chicos pero entendemos que la realidad y los procesos que las familias pasan hasta llegar al deporte es mucho más largo, por eso es que la mayoría llega a partir de la adolescencia o un poquito más grande también.»
-¿Cómo llegar a las familias?
«Como cualquier deporte lo ideal es empezar de chicos, hay uno de ellos Leo LaRosa que empezó de muy chiquito y es increíble el dominio que tiene, como todos, todo lo que hacemos de chicos se nos graba mucho más fácil y como todo chico tenemos menos miedos, por eso siempre lo ideal es empezar de chicos. Y con Walter hablamos mucho con las familias y andamos ‘pescando’ gente en la calle para que se sume a las prácticas. Hablamos mucho con los papás cuando llega un chico sin experiencia motriz prácticamente y explicarles que el trabajo que hacemos dos veces por semana tiene que continuarse en la casa también y les den a los chicos más autonomía.»
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Agencia Córdoba Deportes (deporte adaptado)
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