En el último programa de Expedición Albiceleste, Fede Toral e Ison Patoco hablaron con Laura Nicolini que regresará al Marghera, club donde colgó las zapatillas, pero esta vez para ubicarse en el banco de suplentes, ya que será la entrenadora del equipo en la Liga B de Italia. Tras la temporada cancelada, entendiendo la grave situación económica que atraviesa el país europeo, se le dio la posibilidad a los equipos de inscribirse en la categoría que cada uno creía que podía afrontar, por eso el club decidió abandonar la A2 y presentar este nuevo proyecto a largo plazo.
Laura contó cómo se vivió la pandemia del Covid-19 en el viejo continente y cómo es esta nueva normalidad (tanto en el deporte como fuera del mismo). También abarcó la situación de Las Gigantes, tras sus reclamos a la Confederación Argentina.
Reviví la nota completa:
«Estábamos en la mitad de temporada, habíamos logrado jugar dos partidos de la segunda fase. Cerraron los colegios por un feriado. El minibasquet se trabaja en los gimnasios de las escuelas, no son como allá, son escuelas municipales y muchas sociedades usan las instalaciones. Apenas se cancelaron las clases se suspendió el deporte. Con mi club, cuando se hizo el protocolo para seguir. El club donde trabajo lo pudimos adaptar, entrenamos con grupos de ocho chicas, tenían que tener certificado, no se podía utilizar los vestuarios. Había canastos con pelotas desinfectadas, no se podían cambiar, dejaban sus cosas en las cestas y entrenamos de forma individual, cada una con su pelota, sin contacto. Estuvimos así un mes, después liberaron el contacto solo en el Veneto, y de ocho personas pasaron a 12. Los últimos 15 días recién pudimos tener entrenamientos normales, para las chicas fue terrible.
Se le dio la oportunidad a los equipos que no podían sustentar un año de temporada de inscribirse a la categoría que podían afrontar. Muchos equipos sufrieron la baja de los Sponsors, y eso fue lo que hizo Marghera, ellas estaban penúltimas, así que decidieron jugar la Serie B. Es un desafío que no me lo esperaba. Yo me retiré con ellos, logramos el ascenso a A2, me hicieron la fiesta, retiraron mi camiseta, cuando me llamaron pensé que era para jugar, y me dijeron que era para dirigir. Yo ya había agarrado la coordinación del femenino y les dije que no tenía tiempo. Me dijeron que era la persona perfecta. Pudimos enganchar los horarios. Vamos a tener un equipo jóven porque al demorarse entre la decisión de qué competencia jugar, y perdieron muchas jugadoras. Tuvimos que rearmar el equipo de cero, algunas jugadoras me siguieron, algunas de las que entrené en la Reyer, vamos a ver que pasa. Sino me pongo las zapatillas de nuevo.
El proyecto es por dos años, les dije que si queríamos hacerlo, tenía que haber un proyecto, una continuidad de dos años. Ellos estaban contentos, seguros de la decisión, convencidos que era la persona justa. El tema económico es que no tienen chicas de afuera, lamentablemente. El tema de las argentinas es el alojamiento. Al menos por este año quieren jugar con chicas de la zona. Si aparecen nuevos sponsors y me dicen que podemos traer alguna extranjera, segura me traigo alguna.
Estuve siguiendo lo que pasó con Las Gigantes, no mucho porque es más de lo mismo, pero algo seguí. Esto debería haber sucedido un año atrás. Es muy fácil hablar cuando estás mal, es fácil quejarse de algo que pasó hace mucho tiempo. Aunque ellas estén bien con la Confederación deberían haber hablado. No se va para adelante así. También escuché lo que dijo Karina Rodriguez y Eduardo Pinto, a él lo apoyo mucho, por los años que estuve con él, se que el tema de la orientación sexual no lo hubiera dicho nunca. Si esto les dio resultado, está bien. Pero de ahora en adelante que no esperen a estar mal o que se sientan olvidadas para reclamar. Lo que pasó con las camisetas era su derecho.»