Jueves de lujo en 3×3 Radio, que inició con la visita virtual de Marcos Delía, el jugador que formó parte de la Selección Argentina que fue subcampeona mundial en China 2019. En la última temporada, tras un breve paso por la LNBP de México (con Fuerza Regia) viajó a Italia, donde defendió los colores de la Virtus Bolonia en la Lega A y en la Eurocup. Lamentablemente ambas temporadas fueron canceladas debido a la pandemia del COVID-19.
Hace pocas semanas, el equipo anunció que el argentino no continuaría en el equipo para la 20/21, por lo que ahora se encuentra a la espera de nuevas oportunidades. Si bien su prioridad es quedarse en Italia, no descarta la posibilidad de emigrar hacia otras ligas, eso si, dentro del mismo continente. Francia, Alemania o España podrían ser algunos de los escenarios que podrían ver a Marcos.
También habló de su paso por México, una de las ligas que está siendo poblada por compatriotas, debido a la incertidumbre reinante en nuestro país.
Reviví la charla completa:
«Todo tranquilo por acá. Estoy en Bolonia, estoy entrenando acá, con un entrenador y preparador físico que alquilaron una cancha, hay que sacar turno. Mientras esperando para ver qué pasa, si cambio de rumbo, cambio de ciudad. Estoy ansioso, todos los años aparece ansiedad en esta época. Nos sé donde voy a ir, no tengo nada concreto, estoy buscando en Italia, en España, por otras ligas de Europa, pero nada firme como para insinuar algo.
Me gustó mucho Italia, es una liga que puedo aprovechar para tener muchos minutos y asentarme bien, para tener protagonismo en Europa. Es ideal para eso. Es increíble el lugar. No conocía, quería hacerlo. Todos me decían que era un lugar hermoso y aunque me lo decía, me sorprendió. Hay mucho fuera del circuito turístico que hacen todos, que son Roma, Florencia y Venecia. Más allá de eso hay ciudades chicas que son hermosas y su cultura es muy parecida a la nuestra. Al tano le gusta hablar, le gusta juntarse.
No es algo que se supera, pero vas aprendiendo a llevarlo, lo pensas de otra manera, tratar de tomarlo con paciencia, siempre uno quisiera tener todo más asegurado y saber donde se va a estar los próximos años. Me gustaría estar en un lugar dos temporadas, siempre el segundo año se juega mejor, ya conocés al entrenador, el lugar los compañeros, pero todavía no sé nada.
Fue una gran experiencia, fue estar en un club que apostaba a ganar la liga y la Eurocup, lamentablemente todo se terminó antes. Es uno de los mejores clubes de Italia, con mucha historia, un plantel buenísimo. Me hubiera gustado jugar más. En Eurocup tenía más minutos, llegar con el equipo armado no me jugó a favor. Lo disfruté y aprendí mucho.
Me cuidé bastante, ahora me siento bien. Si me hacías la nota hace dos semanas te iba a decir que me estaba costando. Fueron muchos meses de no tocar una pelota. Ahora me encuentro bien, estamos entrenando bien, con contacto. Esta bueno para recuperar sensaciones, y me encuentro en forma. Trabajamos en turnos de hora y media donde hay trabajo físico y trabajo técnico. La verdad que hacen un buen trabajo.
Acá no golpeó tanto la pandemia, tuvimos cuarentena estricta, pero no se acercó a la cantidad de casos que hubo en otros lugares. El aislamiento fue largo y bastante duro, creo que fue algo que se sintió en toda Italia.
Mi prioridad es Europa quiero seguir compitiendo acá, hay muchos equipos, muchas ligas, hay una competencia más exigente de la que hay en Argentina. Deportivamente pienso que es mejor seguir acá. Veo que muchos chicos se están yendo a México, Uruguay, Brasil, imagino que muchos no van a volver, y eso va a sentirse en el nivel de la liga. También pesa lo económico. La carrera después se termina y hay que ir buscando las mejores opciones. Entiendo que se busquen otras alternativas.
La experiencia en México fue buena. Llegué a Fuerza Regia, fueron muy profesionales, me recibieron diez puntos. La liga es muy dura. Yo estuve tres semanas, dos semanas jugando y en 14 días tuvimos nueve partidos, una cosa así, es muy desgastante, hay viajes, hay back to back. Hace calor, es una liga exigente, con muchos americanos, muy física, muy linda para jugar. Vi que los argentinos arreglaron ahí. Es una institución muy seria, con gente profesional. La ciudad está muy bien, los jugadores están en un predio todos juntos. Hay mucho para pasear y salir. Creo que la van a pasar bien.
La liga que más sigo después de la italiana es la ACB. Veo a los chicos que están ahí, sigo todos los partidos que puedo. Sé que la liga de Francia o la de Alemania están muy bien. Me gustaría jugar ahí, ver como es y competir contra esos otros equipos. La Francesa, particularmente pienso que ha crecido mucho. El Asvel está en Euroliga. Cuando están esos proyectos elevan la exigencia. Está el Mónaco en Eurocup. En Alemania la liga es un relojito, todos los jugadores están bien, es todo muy prolijo. Va mucha gente a los estadios, todo eso va sumando y va elevando el nivel de la competencia.
Son muchas cosas, el poder estar en otros países, conocer tanta gente, tantas culturas y lugares te enriquece mucho. En Argentina pensamos que está todo mal y en Europa está todo bien y no es tan así. Hay cosas que se hacen bien, hay gente muy capaz, jóvenes con muchas ideas y es importante saber que tenemos cosas buenas y apoyarlas. Acá también hay diferencias de pensamiento muy marcadas, son cosas que pasan en todos lados. Poder estar en distintas sociedades te aporta esa visión de un país. A mi en eso me enriqueció mucho y me hizo ver cosas que antes no veía. Por ahí en Italia son más parecidos a nosotros, pero no deja de ser Europa y no deja de ser un país desarrollado. Las discusiones políticas están marcadas.
Me sorprendió cómo se siguió el mundial. Cuando vine los italianos me dijeron que habían alentado por Argentina. Llegaba a la cancha y los que laburaban ahí nos decían que habían seguido el mundial y me lo hicieron saber.
Creo que me jugó a favor, me abrió una puerta para venir a Italia. Ahí se demuestra día a día. Se olvida rápido la gente, y está bien, hay que estar todos los días rindiendo o haciendo bien el trabajo. No sé si me hizo bien o mal.
Trato de convivir bien con eso, no me obsesiono por los números, por ahí hay jugadores que si. Hay entrenadores que le dan importancia a eso. Djordjevic no veía eso, él analizaba si ayudabas o no al equipo, él remarcaba que no era necesario. Más con mi forma de juego, que no soy un anotador. Aprendí a identificar lo que el equipo necesitaba de mi, es mi manera de ayudar.
Llegaba con expectativas y me encontré con un entrenador que apoya mucho al jugador, sobre todo en una derrota que quizás no tenía que pasar. Es exigente en los entrenamientos, tiene sus sistemas y sus formas y le gusta que el jugador sea disciplinado. Era todo muy ordenado y repetitivo. Se armó una dinámica que automatiza todo. Ya todos los sistemas pensados, poca improvisación. Salvo Teodosic, que era la estrella, se le permitía más libertad de creación, pero con el resto le gustaba esa forma de trabajo.»