En la apertura de la semana en 3×3 Radio hablamos con Guillermo Vecchio, ex entrenador de la Selección Argentina para conocer sus planes a futuro y las posibilidades de volver a la actividad profesional después que la pandemia del COVID-19. También habló sobre sos campus, la preparación individual de los deportistas jóvenes que planean alcanzar distintos niveles en las Universidades de Estados Unidos.
Guillermo también habló de la Selección Argentina, y de Sergio Hernández, que lograron alcanzar la final en el último mundial: «Admiro a Sergio, lo veo y aprendo mucho. Espero que pueda llegar a la NBA.»
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«Con el básquet estoy ayudando a gente haciendo vivos, entrevistas, los sábados hacemos un entrenamiento semanal. Los clubes que me piden y que tienen compromiso con los chicos también los ayudamos. Imaginate que los clubes o los entrenadores tratan de cobrar su sueldo. De alguna manera damos prácticas, pero por vía zoom muchos se cansan y por ahí ver una cara nueva les atrae.
Lo ultimo profesional fue hace 2 años en Guaros de Lara, he trabajado con jugadores profesionales o chicos que han querido entrar en el draft o en los colegios de Estados Unidos, tenemos el laboratorio en Miami. Hemos trabajado con entrenadores personales. Muchos chicos que quieren entrar en división I o II en las universidades. Llevamos dos equipos de toda América. Disfrutamos mucho el trabajo. Tenía un acuerdo con un equipo de Canadá para volver al básquet profesional, pero bueno ahora cerro todo hasta diciembre. Disfruto del básquet, después la familia es mi vida. Si no estoy en un equipo profesional, estoy con los chicos. Este año voy a volver, también tengo una oferta de un colegio de Estados Unidos.
Volvería a donde sea, la verdad que tengo muchas ofertas. También podría ser en el país, a los 59 todavía llegan ofertas, así que hay que dar gracias. Somos tipos que nos reinventamos. Cuando se nos cerró una puerta, abrimos una ventana, hay que reinventarse, eso es lo lindo. La gente de ahora, no es por discutir, sino por discernir. Yo digo que como nuestra generación, no hay otra, a nosotros nos dan un palo y hacemos un bate. A veces veo entrenamientos de la liga y me alarmo del esfuerzo.
Me preocupa un poco la liga, porque estoy desorientado. Con el mayor respeto, porque no soy dirigente ni me interesa serlo. No critico ni criticaré porque no pongo plata de mi bolsillo. Lo que no entiendo es como se juega la liga, es un despiole total, por ahí juega un partido y me lo pierdo porque fue el día anterior. Por otro lado, el compromiso, la televisión tampoco la entiendo. Pregunté y la televisión le está pagando mil dólares a cada equipo. Entonces digo, antes se pagaba la mitad del presupuesto. Estoy dando un campus en Perú, Chile o Paraguay y veo que se ve el básquet argentino. La NBA no vuelve porque quiere terminar el campeonato, vuelve porque se lo exige la televisión. Uno no se identifica con nada. Yo no soy un hijo de la liga, lamentablemente no lo soy. Me tuve que ir, cuando estaba no podía tener un equipo y la Selección. Después opté por irme del país porque los salarios eran mas fuertes afuera, me siento orgulloso de ser argentino y por eso me preocupa la Liga y las Selecciones menores, que hace muchos años que no ganan un torneo. Si tomo un equipo acá me gustaría estar cómodo para trabajar. No me gustaría irme con la experiencia de irme de Lanús último y que me pegaran una patada.
La Liga no va a cambiar por mi, pero si tenés que tomar un colectivo, viajar 20 horas, porque me decís que se tienen que ahorrar 10 mil dólares en la temporada, honestamente, ya que me metí en el embrollo, debería jugarse lunes miércoles y viernes. La gente no sabe cuando hay básquet. Habría que ver como viajan los equipos, tener las intalaciones que corresponda, y tener dirigentes que tengan en mente tener jugadores jóvenes, con hambre de ganar, tres extranjeros y nacionales de fuste.
No hay mucho que negociar, a mi me encantaría tener una ferrari, pero sé que me afanan las cuatro ruedas. Si no podés, te manejás con lo que tenés. Si se quiere estar en mitad de la tabla no hay que cambiar el objetivo a mitad de temporada. Si alguien tiene ganas de trabajar, yo le doy para adelante. Los objetivos tienen que estar en la mesa. En Colombia me llevaron y me dijeron que no me podían pagar y yo sabía que si. Esa es la realidad que tenés que vivir el día a día. Hemos pasado de estar después del mánager a estar en un cuarto puesto. Ahora tenemos al dirigente, al mánager, al jugador y después al entrenador. Hemos dejado que nos metan el dedo en la oreja, después en la nariz, y terminamos sin ningún tipo de derecho. Entonces hemos perdido mucho, vi que hicieron una asociación civil de entrendores y a mi nunca me llamaron. No tenmos seguro de desempleo, no somos nada, se perdió todo por culpa nuestra. No las hemos ganado.
En Lanús al principio cuando llegué me dijeron si quería volver y arreglamos el contrato por dos años, querían desarrollar a los pibes y a mi me apasionaba. Estaba el pibe Romano, en Lanús hizo muchos puntos. Gramajo, Gago, Gianluca Vismara, Enzo Ruiz, y le dimos para adelante. Cuando terminó el año, últimos, hubo varios partidos que jugué con los pibes. Me dijeron que no podíamos jugar así, que teníamos que tratar de ganar. Con la Generación Dorada empezamos perdiendo por 40 puntos las primeras giras, eso no sale en ningún programa. Fuimos a una gira por Rumania y perdimos todos los partidos por más de 16 puntos. Todo se hace con la experiencia. Es verso reclutar pibes si no los ponés. Pero si perdés dos partidos te sacan a patadas, yo tuve los testículos para ponerlos.
A Sergio lo admiro, para mi es el mejor entrenador del básquet argentino, me saco el sombrero, lo veo y aprendo. Tuve muchos grandes conocidos, uno de ellos es Phill Jackson, y una vez le pregunté como hacía para dirigir tranquilo y me dijo si no pensaba que adentro mío no se me movía todo. Con buenos jugadores es más fácil trabajar, lo comparo a Sergio con él porque hizo una resconstrucción rápida de algo que pensamos que iba a llevar muchos años, él pudo armar otro equipo mientras todos seguíamos viendo la Generación Dorada. Ojalá que pueda estar en un banco de NBA. Sería el primer entrenador de carrera en llegar. Hoy Pablo, siendo jugador, más allá de su paso por el Baskonia pasa a ser asistente, y ojalá que también llegue.»