El base nació el 7 de febrero de 1989 en Tacoma, Washington. Parece curioso que no sea pariente de la leyenda de los Detroit Pistons, el Bad Boy Isiah Thomas, pero la historia de su nombre sí está relacionada con el bicampeón de la NBA. Antes de su nacimiento, su padre apostó con un amigo que los Lakers vencerían en las Finales a los Pistons.
El niño finalmente llegó al mundo antes de que Detroit tuviera la chance de barrer a Los Ángeles en aquella serie final de 1989 pero, igualmente, James Thomas se había encariñado tanto con el nombre que, junto a su esposa, lo eligieron para su bebé recién nacido. La madre prefería un nombre con un tinte más bíblico y por eso agregaron una letra: cambiaron el Isiah por Isaiah.
En su infancia tuvo que acudir a varias secundarias y llegó a repetir el 11° grado por deficiencias académicas. Con tan sólo 1.75 metros de estatura, eran pocos los que veían un gran potencial, más allá de su talento anotador y capacidad atlética. Ocupar la vacante que había dejado en los Huskies, Nate Robinson, fue su objetivo. Las comparaciones fueron inmediatas, debido a su altura, características y hasta número de camiseta: el dorsal número 2.
Jugó tres años para los Washington Huskies, donde se convirtió en el segundo mayor asistidor de la historia de dicha universidad con 213 (quedó a tan solo seis de las 219 de Will Conroy) y en 2011 decidió resignar su último año universitario para presentarse al draft.
A diferencia de muchos otros jugadores cuya estatura es el factor principal que los deja fuera de la liga, él fue elegido en 2011 en la posición 60 (último) por los Bulls, que en ese mismo momento lo traspasaron a Sacramento. En los Kings debía ganarse un lugar por encima del novato sensación de aquel momento: Jimmer Fredette, quien venía de brillar en la NCAA con los Cougars de Brigham Young University.
En un principio, las oportunidades fueron para Fredette, pero rápidamente cualquiera con algo de ojo se dio cuenta que el mejor de los dos era el ex Huskies. Tras su buen rendimiento, en febrero fue elegido Rookie del mes, un hecho inédito en la historia de la entrega de premios mensuales de la NBA ya que era el primer “último pick” en recibir ese galardón. Como no era suficiente para él, volvió a recibir ese mismo reconocimiento en marzo.
Para la temporada de 2014/15 pasó a los Phoenix Suns, equipo donde no logró destacarse del resto como lo había hecho en su temporada rookie pero sí tuvo buenos rendimientos. Pese a ser un buen jugador, no tenía la mejor de las relaciones con las otras figuras del equipo, que eran Goran Dragic y Eric Bledsoe. Eso hizo que el equipo de Phoenix le busque una salida y apareció la franquicia en la que pasó los mejores años de su carrera: Boston Celtics.
Los máximos ganadores de títulos en la historia se interesaron en él y lo intercambiaron en febrero de 2015 por Marcus Thornton y un pick del draft 2016.Allí se reencontró con su mejor versión, esa que demostró en los Kings, y consiguió dos premios a jugador de la semana de la conferencia Este. Además, logró ser reserva para el All Star del 2016 en Toronto, consiguió la máxima de anotación de su carrera, que fue de 52 ante Miami (29 en el último cuarto, récord en la historia de los Celtics).
Sin lugar a dudas, la temporada 2015/16 fue el inicio del mejor momento en su carrera en la NBA. Tuvo la posibilidad de disputar los 82 partidos de la temporada regular, siendo titular en 79 de ellos. En esa oportunidad promedió 22.2 puntos, 6.2 asistencias y 3 rebotes. Ya en la temporada siguiente, la 16/17, sus números se incrementaron y representaron la cresta de la ola en su paso por los Celtics.
Allí brilló con varios juegos para el recuerdo, como por ejemplo los primeros 21 en los que anotó 20 o más puntos en todos y cada uno de ellos. Además, para enero llevaba un total de 14 juegos anotando 30 o más puntos y lideraba a los Celtics a una nueva clasificación a la postemporada. Precisamente en ese mes promedió 32.9 puntos para llevarse el premio al mejor jugador del mes en el Este. Esa cifra representa la tercera mayor en la historia de Boston, que es liderada por Paul Pierce con 33.5 en febrero de 2006 y segundo está Larry Bird con 33.1 en febrero del ‘88.
Un día antes del primer partido de playoffs ante Chicago, recibió una noticia devastadora para él: su hermana Chyna había fallecido en un accidente con su auto. Tenía 22 años cuando sufrió el fatal incidente en su ciudad natal, Tacoma. Según los reportes policiales, perdió el control de su auto y chocó contra un poste. Isaiah jugó de todas maneras toda la serie, metió 33 puntos en el primer partido, el cual terminó en derrota por solo cuatro unidades, y, recién una vez obtenido el pase a semifinales de conferencia, viajó a Tacoma a despedir a su hermana. Jugadores como Kevin Durant o Jimmy Butler le mostraron su apoyo y respeto por lo realizado mediante mensajes en las redes sociales.
Sin embargo, cuando todo marchaba de maravillas dentro de las canchas para el joven sensación, se resintió de una lesión en la espalda que había sufrido en un juego de temporada regular ante los Timberwolves. En su afán por regresar cuanto antes a las canchas, no logró recuperarse al 100% y esa molestia se agravó para la serie de semifinales de conferencia, donde Boston tenía que enfrentar a los Wizards. Por suerte para su equipo pudieron sobreponerse a su ausencia y conseguir el boleto a la final de conferencia ante Cleveland, pero en esa serie quedó fuera en todos los partidos y los de LeBron James se llevaron la clasificación a las finales ante los Warriors.
A partir de ese momento, la vida de Thomas tuvo un giro de 180 grados. Para la temporada 2017/18 fue traspasado a Cleveland junto con Jae Crowder, Ante Zizic y un pick de draft no protegido de 2018 a cambio de Kyrie Irving y otros picks. Una vez que el cuerpo médico de los Cavaliers lograron examinar más detenidamente el cuerpo del base, encontraron que no estaba del todo recuperado de la lesión que lo había marginado de la final en la temporada anterior, por lo que los Celtics tuvieron que dar un nuevo pick para completar el traspaso.
Lamentablemente tuvo que esperar para poder debutar con los Cavaliers y, de hecho, primero tuvo un breve paso por los Canton Charge, el equipo filial de la G-League. Finalmente, su debut con Cleveland se dio recién el 2 de enero de 2018, cuando aportó 17 puntos en 19 minutos en el triunfo de su equipo sobre Portland. Un día más tarde, el destino quiso que visite el TD Garden de Boston, ese lugar donde había hecho feliz a la franquicia y que lo recibió con una ovación de pie y un video emotivo.
Sin embargo, al no reflejar los resultados esperados en los Cavaliers, un mes más tarde fue traspasado a los Lakers, donde jugó 17 partidos solamente en esa temporada. A los Lakers llegó junto a Channing Frye y una elección de primera ronda del draft de 2018 a cambio de Jordan Clarkson y Larry Nance Jr. En su debut con la franquicia angelina, Thomas tuvo un gran rendimiento con 22 puntos desde la banca en la caída ante Dallas Mavericks.
Unos días más tarde, el 1 de marzo, alcanzó su máxima de la temporada, 29 en la victoria por 131 a 113 sobre Miami. Pero una vez más las lesiones lo iban a marginar de las canchas. Isaiah tuvo que realizarse una artroscopia en su cadera derecha, lo que lo dejó fuera por lo que restaba de la temporada.
En su afán por hacer un buen espacio salarial para conseguir mejores prospectos, los Lakers lo dejaron libre para poder poner rumbo hacia otra franquicia. El base firmó contrato el 16 de julio de 2018 con los Denver Nuggets por un año. Sin embargo, seguía débil físicamente y pudo debutar recién el 13 de febrero de 2019, casi ocho meses después de haber llegado al equipo de Mike Malone. En ese encuentro terminó con 8 puntos, todos en el tercer cuarto, en el triunfo por 120 a 118 ante Sacramento, en el que significó su primer juego desde el 22 de marzo del año anterior, cuando todavía pertenecía a los Lakers. La vida le tenía preparada una nueva visita al TD Garden y nuevamente la franquicia de Boston homenajeó a uno de los suyos como correspondía.
Increíblemente, fueron doce los partidos que disputó con los Nuggets, que fueron nueve de manera consecutiva entre el 13 de febrero y el 8 de marzo, uno el 18 de marzo y otros dos en abril. Luego de eso no volvió a tener minutos con la franquicia que iba en busca de arrebatarle la corona a los Warriors pero que quedó en el camino, más precisamente en semifinales de conferencia, donde cayó ante los Trail Blazers.
Para la actual temporada, Thomas, que había quedado libre tras finalizar el contrato de un año con los Nuggets, e hizo lo mismo con los Washington Wizards. En la franquicia de la capital estadounidense logró recuperar algo de todo lo que supo hacer en sus mejores años y disputó 40 encuentros, siendo titular en 37 de ellos y promediando 12.2 puntos y 3.7 asistencias por juego. Cuando todo parecía indicar que iba a lograr establecerse nuevamente en una franquicia, los Wizards aprovecharon la fecha límite de traspasos, el 6 de febrero, para enviarlo a los Clippers.
Sin embargo, la franquicia de Los Ángeles decidió cortarlo tres días más tarde, el 9 de febrero y, hoy en día, no tiene equipo para jugar. Está en la lista de los agentes libres más interesantes de la NBA y pudo haber sido contratado hasta el último día de la temporada regular, pero todo quedó en la nada tras la suspensión por el Coronavirus.
La situación de Isaiah Thomas es una de las tantas de jugadores de la NBA que las lesiones lo marginaron de las canchas y perdieron poco a poco su lugar en la liga más importante del mundo. Muchos, en su lugar, deciden irse a otras ligas del resto del mundo, como Europa, donde algunos pueden demostrar que su paso no fue en vano por Estados Unidos.
De todas maneras, él quiere quedarse en su país para seguir luchando por su sueño de volver a brillar en la NBA y, si es posible, en los Celtics, el lugar en el que dejó una huella. Siempre que visitó el TD Garden fue ovacionado como si hubiera ganado un anillo con la franquicia de Boston, ellos no olvidan todo lo que les dio, y de parte del jugador el sentimiento es el mismo.
Nota: Emiliano Iriondo / Twitter: @emi_iriondo