Es común escuchar que los equipos dominantes suelen barrer en las primeras rondas de los playoffs a sus rivales, los más inferiores que se clasificaron a la postemporada en los últimos juegos de temporada regular. En los inicios de la liga estadounidense la historia no era muy diferente, pero hubo una serie que rompió todas las normas establecidas: Lakers-Hawks en 1956.
En la etapa regular, ambos equipos terminaron en el segundo lugar de la división Oeste con el mismo récord de 33 victorias y 39 derrotas, por lo que tuvieron que jugar un partido de desempate para ver cuál de los dos tenía la ventaja de localía en la serie a tres juegos. Los Lakers lo lograron en casa de los Hawks por 103 a 97 y se aseguraron disputar el segundo y el posible tercer partido en Minneapolis.
El primero, que fue llevado a cabo en Saint Louis al día siguiente del juego de desempate, terminó con victoria para el local por la mínima, 116 a 115. Un resultado que le auguraba un futuro prometedor a los de Minneapolis en su afán por clasificarse a la siguiente ronda, ya que podían dar vuelta la serie ante su gente y no parecía complicado.
El segundo encuentro es el que quedó para la posterioridad, al igual que el resto de la serie. Los dueños de casa se impusieron por 133 a 75, una diferencia en el marcador de 58 puntos que hasta el día de hoy es la mayor en la historia de los playoffs en la NBA. En los Lakers, absolutamente todos los jugadores terminaron con diez o más puntos, mientras que en los Hawks solo dos lo lograron: el legendario Bob Pettit, con 14, y Jack Stephens, con 13.
Con semejante demostración de poder, y de que la localía estaba más fuerte que nunca, los de Minneapolis estaban confiados que podían quedarse con la serie, pero eso no sucedió y evidentemente esa actuación les jugó en contra. El siguiente partido, disputado dos noches más tarde, fue victoria y clasificación a las finales de división para los Hawks con la particularidad de que, otra vez, ganaron por 116 a 115, el mismo resultado que en el primer encuentro de esta serie. Es decir que, haciendo un balance de resultados entre los tres partidos, los Lakers ganaron la serie por 56 puntos pero aun así quedaron afuera.
Luego de esto, los Hawks caerían en las finales de división ante los Fort Wayne Pistons (hoy en Detroit) por 3 a 2, pero nadie puede quitarles que se quedaron con una de las series más increíbles de playoffs de la NBA. Si bien era a tres juegos y cosas como estas podían pasar, lo impactante del hecho es que, en el medio, los Lakers consiguieron la victoria más abultada de la historia de la liga en postemporada e igualmente no pudieron pasar de ronda.
Lamentablemente, al haber pasado tanto tiempo de este suceso, no es fácil conseguir imágenes de archivo para poder ver qué y cómo fue lo que pasó en esa serie de playoffs de la NBA. Sin embargo, por suerte quedó registrada en números y podés repasarlos gracias a Basketball Reference.
Nota: Emiliano Iriondo / Twitter: @emi_iriondo