- En una nueva mañana de 3×3 Radio, seguimos recorriendo la historia con los jugadores que brillaron en la Liga Nacional, en el exterior pero, por sobre todo, en la Selección Argentina. Hoy fue el turno de Gabriel Fernández, medalla dorada en Atenas 2004. En la actualidad, es entrenador de Temperley en el Prefederal, y cuenta con varios emprendimientos personales.
El oriundo de Lomas de Zamora nos contó cómo es su vida en la actualidad, cómo es su vida como entrenador y cómo ve al deporte en la actualidad. Como no podía ser de otra forma, recordó su paso por nuestra máxima competencia y la Selección.
Mirá la nota completa con Gabi Fernández:
«Justo estoy arrancando a trabajar de nuevo en la fábrica. Con horario reducido, poco personal pero haciendo algo, porque este parate nos estaba afectando mucho. Tenemos una fábrica de trailers, casas rodantes, oficinas móviles. Estamos haciendo algunas cosas de sanidad como centros de vacunación, veterinaria, un poco de todo lo que se pueda mover. Estamos trabajando con 8 de las 40 personas que tenemos, preservar la salud de la gente es lo más importante.
El mes pasado le pagamos los sueldos a todos, el gobierno nos dio un crédito, nos dio una mano bárbara. De golpe, de un día para otro tenés que frenar todo. Tenés que bajar la cortina y te quedas con mucha incertidumbre de lo que va a pasar. Una catástrofe natural le pasa por encima a todos. Tengo una agencia de autos, que está cerrada. Gracias a dios ese local es mio, no tengo que pagar alquiler y paso para ver que esté todo bien.
Estoy como entrenador en Temperley hace casi un año, estamos en Prefederal, veníamos en el mejor momento, habíamos encontrado la forma de juego, ganando seis partidos seguidos para entrar a playoffs y se paró todo. Esperando para ver qué pasa con esta pandemia, que es algo histórico. Viendo si esto puede mejorar para volver. Quiero que esto pase, que no haya ningún infectado más.
La parte que tengo mala que transporto hacia la dirección técnica es la discusión con los árbitros. Hoy que estoy más tranquilo lo estoy haciendo cada vez menos, porque te das cuenta que el árbitro está haciendo su mejor trabajo. Como jugador sos más intenso.
El básquet está mutando, se está jugando mucho mas rápido, tenemos una defensa dura, cuando se puede correr lo hacemos, seleccionamos bien los tiros, el nivel nos permite jugar interior, cosa que ya no se ve tanto en la Liga Nacional. Tenemos un juego tranquilo, lo más importante es la defensa y que los jugadores estén al 100 en ese aspecto.
El tema del dribbling, tuve la suerte de tener un entrenador americano cuando era chico, él había venido a jugar al torneo de Capital en los 80 y después tuve otro más. Ellos me enseñaron a jugar abierto, que no había que cerrarse solo al poste bajo. El tiro lo mejoré en la última parte de la temporada en Ferro. Yo tiraba en los entrenamientos y no en los partidos. Guillermo Gómez me dijo que quería que tire en el próximo partido. Estábamos peleando el descenso contra Estudiantes de Olavarría. Ahí tomé confianza, fue un proceso de meses. Fue una temporada muy larga, donde además se jugaban 12 minutos por cuarto. Jugamos el repechaje con el segundo del TNA. Para mi que era juvenil fue espectacular, sumé muchos minutos en cancha.
Creo que La Liga y los torneos que vienen abajo son formadores. Yo venía de jugar una liga B y de ahí a un Sudamericano con la Selección, perdiendo la final con Uruguay. Cuando los chicos me preguntan, les aconsejo mejorar con jugadores de primera, por más que vengan de categorías menores, es mejor. A los chicos que van subiendo, les conviene jugar categorías de ascenso.
Creo que la LDD es una liga importante, donde los chicos pueden desarrollarse. Si me hacen elegir a mi, como opinión personal, prefiero que se desarrollen en el federal o en la Liga Argentina porque el roce con los jugadores de primera no lo tenes hasta llegar. Cuando saltás a La Liga te encontras con todo junto y el entrenador no te ve capacitado. No es lo mismo la liga de desarrollo de Bahía Basket contra otros pibes que no tocan la cancha.
En la Liga de Desarrollo no hay gran profesionalismo, hay equipos que si lo tienen y ya están los jugadores lanzados con proyección al futuro. A todos los que le falta proyección pueden jugar el Torneo Federal, cobrando un sueldo similar al de la Liga Argentina. Me parece que para un chico, entrar en un equipo en serio que busca cosas es mejor que jugar contra chicos de su edad. Ahora saltar de juvenil a primera es un salto muy grande y hay muchos que quedan en el camino, que quizás empezando desde abajo es mejor.
En el final de la primer temporada me sentí jugador de primera. Jugué partidos importantes, me había ganado mi lugar, era importante en los cierres de los partidos. Sentía que estabas para jugar. El cierre, con un quinto juego, me lo terminó por confirmar. Estaba en un momento muy bueno y sabés que estás rindiendo. En mi siguiente año me fui a Boca y arranque como titular porque Luis Villar se había lesionado. Muchas veces fui el primer reemplazo de los internos. Fue un año escuela.
Creo que el mejor equipo en el que estuve fue Estudiantes de Olavarría en el 2000. Ganó todo, fui titular toda la temporada, fue mi mejor año individual. Cada torneo que jugamos, lo ganamos. El ambiente tuvo algo especial. Iba a reemplazarlo al Colo que se había ido a la NBA. Fue espectacular.
El equipo de Indianápolis 2002 fue el mejor de la Selección, sin dudas. Le pelea al del 2019, de momentos jugó igual. Tuvo la mala suerte de unos tiros que a nosotros sí, y pudimos hacer una final diferente. Me sentí partícipe de entrar a la rotación. No hubo mejor equipo que ese. Éramos muy duros en defensa, volvíamos loco al rival, en ofensiva siempre había un pase más. Todos con el mismo chip, jugando de una misma forma, siempre con el equipo primero.
Luis Scola es el más grande, creo que es un jugador que ha valorado muchísimo la selección. Estuvo una cantidad de años tremenda sin parar. Se merece todo lo que le pasa porque siempre lo fue a buscar. Siempre le importó muchísimo jugar para Argentina.
Yo programé mi retiro de una forma diferente. En lugar de hacer un partido despedida quise jugar lo que más podía con mis hermanos, jugué tres años en el club del cual salí, me saqué todas las ganas. El Torneo Federal es muy intenso y tuve a mis hermanos al lado, no tenía más motivación. Hoy no tengo ganas de volver. En esta cuarentena varios días soñé que volvía, uno ya está medio loco. Ahora que pararon todos puedo volver a jugar, pero el cuerpo lo sentiría mucho.
Fueron dos años donde uno lo sufre mucho, porque no quería quedarme afuera del grupo, uno sabía que podía faltar en un torneo y volver al siguiente. Sufrí mucho esa etapa, pero sufrí mucho más cuando renuncié erróneamente, ahora lo puedo decir, y no pude volver. Hice de todo para volver a la selección y no hubo forma. Había jugadores más afianzados, habían tomado un compromiso. Por una renuncia me quedé afuera del grupo, había tenido 12 años seguidos sin parar, empecé muy chico. Hoy, en estos dias pense eso, disfrute mucho, pero me quedo eso pendiente, qué hubiera pasado de no haber renunciado. Vi Argentina – Brasil en Las Vegas y pensé que debería haber estado ahí. Renuncié por boludo, tendría que haber seguido. Ahora ya está, no hay vuelta atrás.»