Tras caer con Turquía en semis, los chicos derrotaron a Rusia y se quedaron con el tercer puesto. Mateo Díaz, goleador del torneo.
En la mañana del viernes se desarrolló la última jornada del Mundial U18 de 3×3 que se celebra en Ulaanbaatar, Mongolia. Por los cuartos de final, La Selección Nacional U18 venció a Ucrania por 21-20 en un partido para el infarto, luego cayó ante Turquía en semifinales por 13-11 y por último, derrotó a Rusia 21-18 en el juego por el tercer puesto. De esta manera, el equipo integrado por Mateo Díaz, Ezequiel Paz, Pedro Rossi y Tomás Chapero, consiguió la medalla de bronce y finalizó con registro de seis victorias y una derrota. Es la tercera medalla que Argentina obtiene en la historia del certamen. El propio Díaz, de espectacular desempeño en el Mundial, terminó como goleador del torneo con 52 puntos.
La jornada empezó con un partido impresionante. Los dirigidos por Leo Tesido tenían en Ucrania un equipo duro que aprovechaba su fortaleza para jugar físico. Pero Argentina comenzó bárbaro y dominó desde el arranque. Con un despliegue descomunal de talento, pasó por arriba a su rival con una serie de acciones desde el pick and roll entre Paz y Chapero que devenían en canastas espectaculares. Cuando restaban tres minutos, los chicos lideraban por 16-9. Pero la ofensiva se secó y Ucrania aprovechó la acumulación de faltas para atacar el aro y conseguir tiros libres. Inesperadamente el rival recortó la diferencia y, desde la línea, pasó al frente con 30 segundos por jugar. Argentina intentó sin éxito en ataque pero defendió con alma y vida las últimas pelotas, hasta que Chapero recibió falta en la búsqueda de un rebote cuando quedaban 0,2 segundos, con el marcador 20-19. Con calma, el interno de Bahía Basket, de tremenda actuación, convirtió ambos para sellar el 21-20 final y el pase a semis.
Un par de horas después, Argentina salió a la cancha por las semifinales para enfrentar a Turquía, que venía de eliminar al local y llegaba en condición de invicto. Los europeos, aprovechando su buena talla y su diferencia de fortaleza, enfocaron todas sus energías en desgastar a los chicos desde el contacto físico. El elenco nacional, que promediando el encuentro lideraba por 8-4, no pudo desequilibrar desde el juego de uno contra uno de ahí en adelante. Turquía convirtió el encuentro en un partido de bajo goleo y friccionado, atacando la pintura y cargando el rebote ofensivo. El cansancio les quitó efectividad y precisión en el manejo y en los lanzamientos. Argentina lo tuvo para ganar a falta de 28 segundos cuando estaba abajo por la mínima, pero su intento no prosperó y el resultado final fue 13-11 para los europeos. Díaz fue el goleador argentino con seis puntos.
En el partido por el bronce, los de Leo Tesido enfrentaron a Rusia, que venía de perder su invicto ante Estados Unidos en las semifinales. Los europeos fueron más físicos y arrancaron mejor, con una ventaja de 11-5 que parecía definitiva. Pero Paz y Díaz devolvieron al equipo en juego desequilibrando desde sus acciones individuales. Chapero, como lo hizo en todo el torneo, se encargó de proteger el aro nacional, usando su tamaño para dificultar cada uno de los lanzamientos. Cuando parecía que Rusia lo ganaba, Rossi lo empató con un triple y Mateo Díaz le dio el liderazgo con menos de un minuto por jugar. En la desesperación por empatarlo, los europeos cometieron falta y Díaz liquidó el 21-18 desde la línea para que los chicos se suban al podio en Mongolia.
Con esta conquista, Argentina obtuvo su tercera medalla en el certamen, tras el oro en 2013 y el bronce en 2015. Además, agregó otro éxito a la rica historia del 3×3 para nuestro país, incluyendo el inolvidable oro en los Juego Olímpicos de la Juventud, conseguidos el año pasado en esta misma categoría.
Fotos: FIBA
Informe: CABB