La Liga Nacional terminó la fase regular 2018/19 y mucho se habla del calendario cargado que produce desgaste general en los protagonistas. No sólo se toma este punto esencial como algo contraproducente para los que están adentro de las cancha, sino también, algunos lo eligen como causal de la poca gente que se ve habitualmente en los estadios (tema que no vamos a analizar en esta nota).
Sin embargo, estudiando bien este calendario donde la realidad marca que está sobrecargado, también se puede tener otra visión: la Liga está desbalanceada, no está nivelada entre la primera parte y la segunda del torneo.
Si tomamos en cuenta el receso de las fiestas como momento de división de la temporada, podremos ver que la cantidad de juegos en la primera parte es claramente menor a la segunda, por ende, también se juega con muchos más días de descanso entre partidos. La manera en que está establecida la competencia con el Súper 20 más Liga Nacional y la forma en que se organizan ambos torneos, es factor determinante en este desnivel.
En la etapa inicial de la temporada (repetimos que lo marcamos hasta el corte por las fiestas), el Súper 20 comenzó el 22 de septiembre del 2018 y la final se disputó el 23 de diciembre. En esos 93 días también se realizaron encuentros de Liga Nacional y hubo un break por la ventana FIBA de once días. En ese tiempo se jugaron 164 partidos, lo que da un promedio de 1.75 por día.
Si analizamos con la misma cantidad de días (93) en la segunda parte (que también tuvo receso por qualy FIBA), del 4 de enero al 6 de abril del 2019 se disputaron 226 partidos (promedio de 2.4 por día), 62 más que en el inicio. La diferencia es amplia en ese tramo, y si lo estiramos hasta el 12 de mayo (cierre fase regular), en esos 128 días se jugaron 336 encuentros, con un promedio que aumenta a 2.6 por día.
En total, antes de comenzar con los playoffs de LNB, se disputaron 500 partidos (120 de S20 y 380 de LNB) en 221 días (sin contar receso por fiestas), lo que da un promedio de 2.3 juegos por día.
– 22/9/2018 al 23/12/2018 (93 días): 164 partidos (120 S20 y 44 LNB). Promedio 1.75 por día
– 4/1/2019 al 6/4/2019 (93 días): 226 partidos (LNB). Promedio 2.4 por día
– 4/1/2019 al 12/5/2019 (128 días): 336 partidos (LNB). Promedio 2.6 por día
– 22/9/2018 al 12/5/2019 (221 días): 500 partidos (S20 y LNB). Promedio 2.25 por día
Lo que podemos ver es que en el global, no hay tantos partidos de promedio por día, pero al estar desbalanceada la temporada, hay momentos que se juntan de manera tal que no cabe la posiblidad alguna de reprogramación o modificación, porque «no hay lugar en el calendario». Esto genera también que, de enero a mayo, los equipos tengan períodos de muchos partidos en pocos días, con viajes en el medio, lo que provoca un desgaste aún mayor.
La causa fundamental de esto pasa por la manera en que se disputa el Súper 20, torneo que puede ser interesante pero que aún no encuentra la mejor forma de disputa. Uno de los principales problemas tiene que ver con la gran cantidad de días en los cuales, los equipos que son eliminados temprano, tienen libre o sin competir (tema que el mismo Fabián Borro, presidente de la AdC, reconoció que están evaluando modificar).
Les doy algunos ejemplos que son claros, donde clubes que deberían estar en pleno momento de acción, descansan largo rato:
Boca: no jugó desde el 28/10 al 7/12 (39 días).
Argentino: no jugó desde el 5/11 al 5/12 (31 días)
Quilmes: no jugó del 30/10 al 7/12 (37 días)
Libertad: no jugó del 30/10 al 5/12 (35 días)
San Martín: no jugó del 27/10 al 8/12 (40 días)
Para poner a Boca como caso, el Xeneize jugó en esta primera etapa 15 encuentros en 93 días, promedio de un partido cada más de 6 días. Miren como cambia en la segunda parte, donde Boca tuvo 33 juegos en 128 días, promedio de un partido cada 3.8 días.
Distintos fueron los casos de San Lorenzo, Quimsa, Comunicaciones y Obras, que disputaron el Final Four del S20, su parate fue corto en es lapso y estuvieron más activos.
Este tipo de calendario, con tantas diferencias en la cantidad de juegos y días de actividad entre los equipos, hace que, por ejemplo San Lorenzo (Campeón en la Liga de las Américas) termine la fase regular disputando 12 partidos en 24 días, una locura pensando que del 22/9 al 23/12 el promedio del Ciclón fue de 1 juego cada 4.6 días.
En general, los jugadores aceptan esta nueva manera de desarrollo de La Liga (todos los días de acción en la semana y más partidos en la temporada que con el formato anterior) pero el desbalance general entre la primera parte y la segunda hace que, los protagonistas y el público, llegue a los playoffs con la sensación interna de que «son muchos partidos».
Sin embargo, se debería pensar la forma de balancear los momentos de competencia y no sobrecargar la segunda etapa. Teniendo en cuenta que un equipo puede jugar alrededor de 50 juegos en 221 días (sin contar playoffs de LNB) en la temporada, eso marca un aproximado de 1 juego cada 4.5 días, lo que no estaría nada mal para ser una Liga tan competitiva.
Por las razones antes vertidas, ese número está muy lejos de ser estable ya que los equipos tienen desproporcionada su actividad y así cuentan con momentos de mucho descanso y otros donde casi no pueden entrenar.
Pareciera que jugadores, entrenadores y dirigentes estarian en concordancia con la idea de nivelar la acción para la 2019-20, en próximas reuniones podria haber algunos cambios que ayuden a hacer una competencia aún mejor.
Nota: Julián Olmedo
Twitter e instagram: @juliolme