La alegría no fue completa para los angelinos que pasaron por arriba a Golden State (127-101) pero sufrieron por el tirón que sufrió James en el tercer cuarto. La rompió Rondo con 15 puntos y 10 asistencias.
Enfrentándose a una repentina lesión de LeBron James, y a la mejor versión de los Warriors en el partido, la tropa de Luke Walton tuvo pulso firme y demostró estar a la altura de las circunstancias para llevarse por paliza el duelo navideño ante el campeón defensor.
🎥 LeBron James finished tonight’s game with 17 points, 13 boards, and 5 assists in 21 minutes of action #LakersWin pic.twitter.com/yZi0LQ7LTD
— Los Angeles Lakers (@Lakers) 26 de diciembre de 2018
La ficha final refleja no solo un dominio total, sino que también una victoria edificada en equipo, con contribuciones desde cada rincón de la plantilla.
Desde una primera mitad brillante de King James hasta una segunda mitad soberbia de Ivica Zubac y Rajon Rondo, los laguneros se inspiraron para completar su triunfo más valioso de la temporada.
La lesión de James, que salió a comienzos del tercer cuarto y luego fue diagnosticado con una distensión en la ingle izquierda, fue un mazazo para un equipo que en ese momento también lidiaba con la ausencia temporaria de Brandon Ingram por exceso de faltas. Los locales detectaron sangre en el agua y atacaron – con unos de esos vendavales que han caracterizado a una de las dinastías más dominantes de la historia de la liga.
Sin embargo, con el público del Oracle Arena perdiendo al cabeza y el marcador igualándose cada vez más, posesión tras posesión, los Lakers reaccionaron. Desde el doble de Kevin Durant que acercó a los Warriors a un triple en 76-73, los Lakers cerraron el partido con un parcial de 51-28 a lo largo de los últimos 15 minutos de partido.
Rondo puso orden hasta que volvió Ingram. Kyle Kuzma dio goleo hasta que llegaron los triples de Kentavious Caldwell-Pope y Lance Stephenson.
Y eso le dejó la mesa servida al regreso de un Zubac poseído, que junto a Rondo diseccionaron la defensa local y destrozaron las aspiraciones de los de la Bahía.
El base veterano tuvo uno de sus mejores partidos con la camiseta púrpura y dorada. Rondo repartió 10 asistencias, capturó cinco rebotes y aportó 15 puntos a la causa, incluyendo un triple a 9:58 del final que le devolvió definitivamente a los Lakers la manija del partido.
Y si una gran actuación de Rondo bajo presión no sorprendió, quizás tampoco debería hacerlo la eficacia de Zubac – al menos si se tiene en cuenta el momento que atraviesa.
El balcánico cerró la noche con 18 puntos y 11 rebotes (su segundo doble-doble en tres juegos), agregando un par de asistencias y dos tapones. Con 31 minutos en cancha, Zubac se unió a Kuzma como los que más jugaron en la tarde californiana.
De todas formas, la lesión de James solo interrumpió momentáneamente el flujo de un partido que se vislumbraba favorable para los Lakers casi desde el principio.
La defensa fue astuta y defendió sin excederse de faltas. El rebote fue un aliado toda la noche, y el plan de juego se ejecutó a la perfección, calculando acertadamente que un doble marcaje a Durant salía más a cuenta que correr a Jonas Jerebko, Draymond Green o Shaun Livingston en el arco.
La apuesta funcionó quizás más de lo esperado una vez que el partido demostró que Stephen Curry y Klay Thompson tampoco estaban en su noche más certera, dejando a los Warriors huérfanos de opciones de remontada.
Walton apretó los botones correctos, acertó dándole rienda suelta a Lance Stephenson en momentos claves del partido, y ganándole la batalla táctica nada menos que a uno de sus mentores, Steve Kerr.
Así los Lakers se fueron victoriosos casi sin sufrir, regresando al sur de California preocupados por la salud de James (quien se someterá a una resonancia magnética el miércoles), pero con la tranquilidad de haberse hecho fuertes en una parada difícil sin él.
Fuente: prensa Lakers