El KIROLBET Baskonia, guiado por Garino (16) jugará la final de Supercopa Endesa frente al Real Madrid tras superar por 76-79 a un Barça Lassa que, tras verse 20 puntos abajo, tiró de orgullo para remontar, llegando a disponer de un triple para forzar la prórroga. Kuric falló y los baskonistas se quedan a un paso del título.
Un 0-10 para cambiarlo todo
Ni dos, ni cuatro ni ocho. Hasta en nueve ocasiones se vieron la pasada temporada baskonistas y barcelonistas, con 6-3 de balance para los vitorianos. Y, cuando el verano y las vacaciones parecieron borrar el peso de tanta repetición, el sorteo, caprichoso, volvió a emparejar a KIROLBET Baskonia y Barça Lassa en semifinales de Supercopa Endesa.
Ante Tomic se sentía en mitad de un bucle cuando, en la previa, Pesic les ponía imágenes de los duelos de la anterior campaña. Al fin y al cabo, poco había cambiado el conjunto vitoriano, que supo aguantar un mal inicio para asestarle un golpe al partido. El 5-0 inicial del equipo barcelonés pronto quedó en anédota. Y es que ni siquiera siete puntos seguidos de un Claverdesatado (12-8, m.6), servía para establecer diferencias importantes.
Hay remontadas que duran toda una vida. Otras, en cambio, son tan instantáneas que parecen hasta sencillas. El KIROLBET Baskonia, por la segunda vía, cambió el escenario sin avisar, sin prácticamente sudar. Jugadón de Huertas para empatar, un triple de Shengelia por aquí, otro de Garino por allá. Un 0-10 en un par de minutos (12-18, m.8) y un partido nuevo teñido de Baskonia por los cuatro costados.
La ley de Garino
Ni la irrupción de Kuric, ni siquiera el triple imposible de Pangos sobre la bocina del primer periodo (21-22). Nada frenaba a un KIROLBET Baskonia que empezaba a volar de la mano de Poirier, omnipresente, y un Vildoza que convertía en puntos todo balón que le llegaba.
Como poco antes, fue más bien un suspiro, un parpadeo, otro parcial sangrante en poco más de tres minutos el que terminó de dinamitar el encuentro. Granger sorprendía con 2+1, Poirierse merendaba a cada pívot barcelonista que se interponía en su camino en ambas zonas y Garino, 11 puntos en 6 minutos, ponía la guinda con su tercer triple sin fallo para otro 0-11 sangrante (24-35, m.14) y absolutamente rompedor.
El Barça Lassa, por momentos, parecía mirar fijamente a los ojos del naufragio, descabezado, errático en defensa y solo rescatado de la deriva total por un Kuric que se siente muy cómodo en este torneo, como si aquellos días dorados de 2016 en los que se vistió de MVP no se fuesen jamás de su cabeza.
Once puntos sin fallo del americano para dar un oxígeno que los exteriores baskonistas se empeñaban en quitarle a su rival. Janning de lejos en el contraataque, Granger sacando con su penetración un «oh» general que valía más incluso que su adicional y Huertas, canastas artesanales (27-46, m.18) parecían dejar al KIROLBET Baskonia con pie y medio en la final (34-49) al descanso. La sensación fue ficticia.
Orgullo barcelonistaQué sencillo sentía su camino el cuadro vitoriano cuando, tras triple de Voigtmann primero y catarsis de Shields después, se veía 20 puntos arriba en el luminoso (40-60, m.24), contando casi los minutos de trámite hasta certificar su condición de finalista. Sin embargo, el Barça Lassa se rebeló contra un destino que parecía escrito para, al menos, cambiar el guion de su muerte. No era poco.
Un 7-0 en minuto y medio abrió la caja de los truenos. A falta de Heurtel, muy desacertado, Pangos tomaba el timón. Smits despertaba y Tomic entraba en escena, mientras Kuric seguía a lo suyo. Un 2+1 con su firma redujo el muro a la mitad (54-64, m.29) y dos tiros libres del croata estiraron el parcial hasta el 16-4. Lo que parecía imposible minutos antes era ya certeza: simplemente… había partido.
Un mate de Garino justo antes del final del tercer acto pareció hacer daño al Barça Lassa, si bien en esos momentos, los de Pesic, estaban guiados por algo que valía mucho más que la inspiración: una gran dosis de amor propio. «El Barça ha de ganar y ha venido aquí a ganar la Supercopa Endesa. No hay más. Intenteramos hacer un buen papel y llevárnosla», juraba y perjuraba Oriola horas antes del encuentro. Cada minuto de remontada eran reflejo de ese anhelo. El último cuarto sería explosivo.
El rey de la Supercopa Endesa, seis son sus entorchados, empezaba a creérselo, tanto como un Aleix Font que penetraba sin complejos para dar un poco más de corazón a la intentona. Parecía una cuenta atrás y la viejas cuentas de la lechera parecían salir. A punto por minuto, el Barça Lassa se sentía capaz a falta de 6 minutos (67-73), tras triple de Singleton. Y más aún con cuatro por jugar, después de otra apareción de Tomic.
Por si fuera poco, Kuric tomaba carrerill dejando a los suyos a un solo punto de su rival (72-73, m.37), dejando la presión, ahora sí, exclusivamente en el techo baskonista. Pero el KIROLBET Baskonia, alimentado por su rebote ofensivo, por su imán Voigtmann (igualó, con 13, el tope histórico en el torneo) y por Shengelia, despertó en el momento adecuado y, cuando Granger anotó a falta de minuto y medio (72-79) el aroma a sentencia. Otro espejismo. Otro golpe de orgullo.
De Pangos a Kuric, vieja conexión amarilla para un final agónico, que se le hizo eterno al conjunto vitoriano. Tanto que, tras su fallo final, el Barça Lassa tuvo, en manos de Kyle, un triple sobre la bocina que hubiera supuesto la prórroga. El balón nunca encontró destino y, siete años después, el KIROLBET Baskonia entraba en una final de Supercopa Endesa. Será su sexta. ¿Será su quinto?